Capitulo 18 |Pesadillas

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Voy caminando por un pasillo largo alumbrado por luces de color blanco, se siente un aire cargado combinado con un olor a desinfectante, mis pies van descalzos sintiendo el frío del suelo, mis manos tiemblan, no quiero llegar al final del pasillo,...

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Voy caminando por un pasillo largo alumbrado por luces de color blanco, se siente un aire cargado combinado con un olor a desinfectante, mis pies van descalzos sintiendo el frío del suelo, mis manos tiemblan, no quiero llegar al final del pasillo, pero no puedo detener mis pasos.

Cuando cruzo el final del pasillo un olor a flores llega a mi olfato, la luz se va y aparezco detrás de un lugar tan conocido para mí, el cementerio, comienzo a pasar por entre la gente para lograr ver quien está en el ataúd, entre paso a paso mi respiración se vuelve agitada mis ojos me pesan y cuando logro ver quien está adentro del ataúd, todo cambia aparezco en una sala blanca acostada en una camilla, mis brazos están vendados y lloro en silencio mientras escucho murmullos que vienen desde afuera de la sala.

-Esto tiene que parar - dice una voz masculina

-Ya lo sé, pero ella necesita tiempo - contesta la voz que conozco desde que tengo uso de razón, mi madre.

-¿Cuánto tiempo más?, no Rosa, Isabella tiene que internarse - responde la voz masculina.

-No, ella necesita nuestro apoyo, no estar en un internado. - Escucho regaños y luego dejo de escuchar las voces.

De repente todo se vuelve negro, comienzo a escuchar llantos a lo lejos, entre la oscuridad sigo los llantos, con mis manos tocó un líquido espeso y caliente, observo mis manos y sangre tengo en ellas, en mis pies, en toda mi ropa, comienzo a gritar desesperada, comienzo a sentir como si la sangre me estuviera llevando con ella, no dejo de gritar hasta que abro mis ojos.

Mi respiración es irregular, mis ojos se sienten húmedos, me enderezo en la cama de Aston, miro hacia mi izquierda y la cama está vacía. ¿Dónde está él?, me quedo sentada en la cama intentando tranquilizarme de esa pesadilla, observó la habitación, el lugar tiene un closet de madera a su lado derecho y un televisor colgado en medio de la pared, tiene una mesita de noche con una lámpara y un libro encima, tomo el libro, en él sale El Psicoanalista de John Katzenbach, nunca imagine que a Aston le gustara leer, siempre he querido leer este libro, pero por pereza nunca lo he comprado, lo dejo encima del mueble y me levanto de la cama, mis pies tocan la alfombra de color azul oscuro, me percato que Aston también suele usar solo colores oscuros hasta en la decoración de su habitación, me miro en un espejo que tiene colgado en la puerta, mi pelo esta como un nido de pájaros y llevo una polera de Aston que me queda gigante, me hago una trenza y salgo de la habitación.

Mis pies tocan el frío suelo haciéndome recodar el sueño, me quedo quieta intentado pensar en otra cosa, normalmente las crisis de ansiedad las tengo luego de mis pesadillas y las pesadillas ahora son más recurrentes.

Luego de unos minutos comienzo a buscar mi ropa que Aston coloco a lavar el día de ayer luego de.... Bueno del sexo oral, pero no encuentro la ropa por ningún lugar, ¿dónde está él, porque me habrá dejado sola?, que Aston no este y haber tenido ese sueño simplemente hace que tenga un revoltijo de sentimientos amargos, quiero irme a mi casa y quedarme acostada viendo Netflix comiendo un pote de helado.

Los Demonios de IsabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora