Mis piernas tiemblan y mis manos sudan tengo tanto nervio y miedo, entro hacia la casa y cierro la puerta a mis espaldas, antes de comenzar a caminar hacia el salón principal me quedo quieta intentando controlar mis nervios, luego de unos segundos camino hacia la sala.
Al llegar lo primero que observo es una espalda ancha, la polera sin hombros que lleva puesta hace que se le marquen los músculos de la espalda y que se le sobresalgan algunas letras tatuadas que no logro entender que idioma es.
Aston se da vuelta y me mira, sus ojos se ven cansados su pelo lo tiene desordenado haciendo que pequeñas ondas caiga sobre su frente, con la ropa que trae puesta parece que recién salió del gimnasio.
—Hola — dice él manteniéndome la mirada.
—Hola, Aston — contesto, él se rasca la nuca y suspira.
—Perdón por haber venido sin avisar, pero necesitaba hablar contigo y no me contestabas los mensajes. — Asiento y camino hacia la cocina, él me sigue por detrás.
Al llegar a la cocina le ofrezco algo para beber y él acepta, camino hacia el refrigerador y saco jugo de naranja que preparo mi madre, saco de una almacena dos vasos y le echo el jugo anaranjado, Aston me observa en todo momento, me siento de los nervios pero solo quiero retrasar la conversación, no sé que carajos me dirá y me duele el pensar que quiera dejar todo hasta aquí, luego de servirle el jugo nos sentamos en los taburetes de la cocina, al principio solo me tomo el jugo de naranja y el igual, ninguno se atreve a romper el silencio pero cuando Aston termina de tomarse el jugo y su vaso ya está vacío, habla.
—Bueno. — Carraspea. — Yo...... Sobre el tema de. — Él se queda en silencio por un segundo. — Joder, Tú me gustas Isabella, me gustas de verdad, si tenemos que ir a tu ritmo para mí está bien. — Él me mira a los ojos, me quedo en silencio ante lo que me dijo, ni siquiera sé que pensar.
—Yo. — Él levanta una ceja.
—¿Tú? — cuestiona él.
—Tú también me gustas — respondo en un susurro.
Él se levanta del taburete y camina hacia mí, y cuando pienso que me besara él me abraza y suspira, me quedo quieta y pasmada, ¿este es Aston?, el chico que parece rudo e intimida con sus tatuajes y siempre me hace sonreír, hoy se ve diferente como si estuviera cansado como si el mundo le pesara, levanto mis brazos y lo abrazo, es ahí en ese momento donde me doy cuenta de que después de mucho tiempo un abrazo nunca se había sentido también, él se separa de mí y me sonríe haciendo que se le marquen sus margaritas.
—Ya sabia que te gustaba — Me rio ante su comentario y golpeo suavemente su hombro.
—Si, claro. — Ruedo mis ojos, él abre sus ojos y toma mi cara con su mano derecha, acerca su cara hacia mí y me mira a los ojos, nos mantenemos las miradas pero tener sus labios tan cerca y su mirada que es toda una tentación, hace que mi estómago se sienta como si fuera un nudo, sin aguantar más beso sus labios, el roce entre ellos hace que intensifique el beso, Aston me toma de la cintura y me sienta sobre la mesa, pasa sus manos por mis costados haciendo que me estremezca, escucho que cierran una puerta y me separo de Aston.