Esa misma noche, llegando a casa, no sabía si timbrarle o escribirle. Lo busqué en WhatsApp y comencé a escribir. Borre muchas veces lo que le ponía - demasiadas para mi gusto.
En ese momento veo que él me comienza a escribir ¿qué está sucediendo? ¿todos los planetas se alinearon o qué?
Oh no - pienso - seguro vio que salía "escribiendo mensaje" pero para verlo tendría que haber estado intentando escribirme él también, con nuestro chat abierto y vio que yo intentaba hacerlo- ¿qué está pasando? Sigue escribiendo pero no me manda nada.
De pronto llega su mensaje
<Amanda ¿cómo estás?, estaba por escribirte cuando vi que tu también me querías escribir. ¿Todo bien? ¿lograste entregar el trabajo? ¿te sirvió el portafolio?
<Noah gracias, justamente eso era lo que quería decirte. Volver a agradecerte por prestármelo y decirte que no tendrás que esperar tanto para recuperarlo. Mañana me entregan el trabajo. Puedo devolvértelo mañana mismo>
<Amanda mañana no estaré en la Universidad. ¿Podrías llevármelo el viernes?>
<Sí claro, mejor lo dejaré en mi casillero así no corre el riesgo de que lo olvide en casa o se maltrate>
El martes pasa como un día cualquiera y quiero escribirle pero no puedo hacerlo, ¿qué más le diría? A las 11 tengo mi curso de Filosofía y debo pasarme antes por mesa de partes a recoger los trabajos que Julia, la profe de literatura, debe haber dejado ya corregidos. Me entregan el mío, lo reviso y no solo sonrío por tener nuevamente el portafolio sino que conseguí un 20 en mi trabajo y estoy demasiado contenta.
Termina el curso, voy a comer a la cafeteria de la U , no tengo clases hasta las 3, así que terminándome la hamburguesa doble de queso decido enviarle la foto de su portafolio intacto para que vea que está súper cuidado
<Gracias por mantenerlo a salvo y ¿cómo te fue? Si es indiscreción preguntártelo> - me responde a la foto que le mandé
<si tuviera una calificación baja te diría que es indiscreción pero me fue demasiado bien> y le adjunté la foto de mi nota
<excelente, deberíamos celebrarlo> - me sugiere
<Tu portafolio me da suerte. Creo que te lo pediré nuevamente para trabajos importantes> le digo
<cuando desees, ¿celebramos entonces?. Te invito algo. Si quieres en la cafetería de la U >
<Acepto pero si me dejas ser yo quien invite, fuiste tú quien me prestaste el portafolio y me salvaste de reprobar>
<Ok. Siempre y cuando la próxima vez invite yo>
¿Qué? Habrá una próxima vez - me quedo pensando ... hemos quedado para el viernes 5 de la tarde, después de mis clases.
Dejamos de escribir y me percato que son las 3. Armando, el profe de mate no cree en los 5 minutos de tolerancia, él siempre dice que ser puntual no es una cuestión de mera responsabilidad, es una acto que implica el respeto por uno mismo y por el otro, así que corro hacía el salón y logro ingresar sin que él me vea.
Las horas transcurren y no me doy cuenta, las clases de Mate me aburren pero no puedo distraerme porque Armando es el profe de las preguntas y en cualquier momento te pide que intervengas. Armando es un profe chevere, que va siempre sonriendo, un poco confianzudo a mi parecer, pero muchas de mis amigas están contentas con su "amabilidad".
Yo paso de él y ,en ocasiones cuando no entiendo algo, prefiero no pedirle ayuda porque cuando se aproxima a algún pupitre olvida el espacio personal y se queda muy pegadito a una. Así que busco siempre a Renzo los miércoles por la tarde para que vuelva a explicarme todo lo de las clases de los martes, que no llego a captar nada, soy tan negada para los números. Las letras siempre fueron mi fuerte.
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Enamorada de su psicólogo / Mr portafolio (completa)
Ficção Adolescenteun portafolio nos acercó . la vida nos enamoró pero el profesionalismo nos separó