Capítulo 20. Errores

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Después de varias semanas, y las pruebas mostradas Reiner y su amigo fueron sentenciados a cadena perpetua, nadie nunca supo quien lo habia sacado del hospital, para que los familiares de los omegas fallecidos hicieran justicia, su cuerpo tenía marcas hechas con algun objeto punzocortante, con diferentes insultos, lo habian humillado de mil formas, pero en la cárcel fue mucho peor, mi alfa tenía razon, conoceria el infierno.

Aun despues de todo este tiempo seguia dormido, y si, mi omega era el causante de ello, Levi me cuidaba, estaba al pendiente de mi, me hablaba, me llenaba de su aroma, me protegía con recelo.

Habian pasado unos meses, aveces podia sentir la brisa fria del aire entrando por las ventanas rozar mi piel, una esencia dulce llegaba a mi nariz, no era el aroma mentolado, ni mi aroma floral, un aroma frutal, cerezas?, frambuesas?, no sabía exactamente pero quizá en mis alucinaciones producto de mi mente confundida me jugaba malas pasadas, mi omega comenzó a moverse un dia, cuando me di cuenta de aquella esencia, el había respondido dejando de arañar mi interior, el también olía aquello, olfateaba conmigo, ese aroma parecía una droga, abrí mis ojos cuando descubri que ese aroma era mío, era tan fuerte, que ni el mismo olor de los desinfectantes del hospital podían sofocarlo, Aveces escuche voces a mi alrededor, aveces mis ojos se entre abrían con la luz del día, molestando mi cara, la sensación de algo en mi garganta, junto con la sensación de aire entrando a mis pulmones sin mi ayuda, acompañados del pitido constante de los monitores, me daban a entender la realidad, estaban luchando por mantenerme con vida, cai en un sueño varias veces pero esta vez era diferente.

Mi omega estuvo dormido conmigo, ambos necesitábamos reiniciarnos, necesite cuidados intensivos para sobrevivír, era el estado de mi omega, lo que me llevó al sueño profundo, nuestro corazón dejaría de latir, pero ahora se aferraba a la vida, se aferro a vivir en cuanto olio aquella esencia, a pesar de los sedantes como algo ligeramente perceptible así lo sentía y estaba  dentro de mí.

Estuve conectado a un respirador artificial por dos semanas después de que no despertará de la anestesia, unas semanas posteriores pude respirar con ayuda de una mascarilla, el tubo endotraqueal salió de mi garganta, como algo milagroso, estuvieron a punto de hacerme una traqueostomia, para que pudiera respirar, pero fue un milagro, mi existencia lo era.

Con total hermetismo, así se manejó mi caso, Levi era mi compañero, un hombre importante, sus instintos territoriales lo hacian mantenerme en secreto, tenia miedo de que aun algo pudiera pasarme.

Había un medico que me revisaba con mucho entusiasmo, diario escuchaba su voz al entrar a mi habitación, aveces podía ver la luz que pasaba sobre mis pupilas para revisarme, logrando ver su rostro, escuché su nombre entre sueños, Farlan, un médico con un sin fin de especialidades en omegas, el había llegado a una conclusión estaba en un sueño profundo, porque mi omega lo quizo así, el mismo me hacía dormir, no encontraban razón alguna, sin embargo al leer mi expediente y ver esos 2 abortos previos podia darse una idea.

Análisis más profundos lo delataron, sobre todo cuando Mikasa mencionó mi infertilidad despues de mis perdidas pasadas, y el probable tumor que alojaba mi matriz, mi omega quería hacernos dormir queria protegernos, con un claro propósito, dentro de mí, no habia un tumor comprometiendo mi vida, era una pequeña vida creciendo, pese a todo pronóstico, pese a todos los dictámenes medicos pasados, latía con fuerza y se aferraba a este mundo, cuanto tiempo estaría dormido?, nadie podía averiguarlo.

Perdí a un cachorro 2 veces, mi omega deseaba que esta vez fuera diferente, me hacía dormir, era su forma de proteger lo que mas habia añorado, era un caso raro, un omega luchaba, porque quería traer vida al mundo, siempre me queje de que ciertas personas no nacían para ser madres, yo estaba ahí luchando queriendo demostrar que no todos éramos así, mientras varios eran capaz de abandonar a sus hijos, yo deseaba tenerlo.

Apago la luz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora