Capítulo 11. Confrontación

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El me miró dolido, se llevaba sus manos a su cara, sus ojos dorados me miraban como si yo fuera su verdugo, no es nada más que tu orgullo de alfa, hechado por los suelos, no lo confundas con amor -No, no voy a dejarte ir, encontraremos una solución de algún modo, perdonaré esto como tu me has perdonado, te llevaré a vivir a un buen lugar, no voy a fallarte, vamos a estar bien, de nuevo.

-No, no Reiner, no será así, nunca hemos estado bien, solo dejame ir, solo dame mi libertad.

-Pará qué?, para que vayas a revolcarte con el?, te cortaste el cabello, hiciste ejercicio para alcanzarlo?, tanto deseabas engañarme?.

-No lo hice por el, lo hice por mi, no puedes reclamarme nada, cuando tu te has revolcado con tantas personas, no hay vuelta atrás, vas a darme el divorcio, quieras o no, ya no te amo, no te amo.

-Se que debes estar mintiendo, solo es una emoción de un momento, te has entregado a mi incluso viendolo, crees que soy idiota, puedo olerlo en ti desde hace mucho.

-Fue por obligación y por miedo, no porque de verdad lo quisiera, apago la luz para imaginarlo a el, apago la luz tratando de engañarme que es el que me toca, porque no soportaría ver que eres tu y no el quien me toma cada noche, porque cada vez que estaba contigo era en el en quien pensaba- el se levanto y fue directo hacia mi, me sujeto del brazo, enojado, su aroma era pesado y fuerte.

-No iras a ningún lado omega, no te dare ningún divorcio, no vas a ser de el jamas!! - su mano se alzó valerosa, sabía que terminaría volteandome la cara con un golpe, pero le di la vuelta, sujetandole el brazo en su espalda. Me doblaba en tamaño, pero el capitán Smith había hecho un buen trabajo.

-No vas a volver a tocarme, no vas a volver a lástimarme, alfa, no vas a volver a golpearme!! - el se quedó sorprendido, jamás espero que yo detuviera su ataque, camine hacia mí dibujo, lo guarde en un sobre, y fui a su departamento, no me busques mas esa era su dedicatoria, había decidido que si el no me pertenecería, lo dejaría a un lado, lo pasé bajo su puerta, el abrió después de unos minutos, y me alcanzó antes de salir del edificio, subiendome a sus hombros como si fuera un simple costal - No te libraras de mi Eren Jeager - fue lo que escuche antes de caer rendido ante el de nuevo.

Me miraba buscando respuestas, después de que me cargó, terminé siendo devorado por su boca y como era de esperarse terminé siendo recargado sobre la pared mientras el me penetraba, duro, fuerte, profundo, me sujetaba de sus hombros, mientras mi cuerpo vibraba por su intromisión, me vine entre su abdomen y el mío, un líquido caliente, viscoso, que confirmaba que era un desvergonzado, que terminó dejandose llevar por las pasiones mundanas.

Caí rendido después de que el me anudara - Porque quieres alejarme? - fue lo que me dijo una vez que desperté, eran las cuatro de la mañana, me puse mis pantalones y mi ropa, preparando mi escape- Estas loco, si crees que voy a dejarte salir a estas horas, no seas idiota mocoso- fue lo que me dijo.

-Levi, tu no puedes estar conmigo, tienes una omega, y yo no soy lo que parece.

-Si, ella fue mi omega, no puedo negarlo- Me sentí herido mi omega rasguño mi pecho dolorosamente - se todo de ti Eren Jeager, me acoste contigo estando plenamente consciente de ello- lo mire intrigado, no podía comprenderlo.

-Sabes que estoy casado?, sabes que tengo un alfa?, desde cuando lo sabes? - el prendió un cigarrillo, y lo llevo a su boca.

-Lo supe desde la primera vez que fui por menta a tu casa, el no es ningún idiota, siempre dejaba fuera de tu puerta un rastro de él, estaba confiado que no mirarias a nadie más, pero quería asegurarse que nadie se acercara, desde mis visitas constantes, el aroma se hacía más penetrante, no se me haría raro que de pronto quisiera tomarte, o le naciera el amor, mis suposiciones no eran tontas, cuando desapareciste después de nuestro primer encuentro, te vi y fui tras de ti, sabía que el te había tomado, apestabas a él, por eso terminé follando contigo en tu baño, desesperado por borrar su aroma de ti, desde entonces cada que el venía dejaba rastros de él en ti, pero yo sabía como contestarle, mi instinto posesivo me hacía cada vez ser más desvergonzado, sabía bien como hacerle ver, que habías estado conmigo, el es un alfa idiota.

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