Capítulo 5. Recuerdos amargos

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Aquel hombre frente a mi, lucia mejor de cerca, su cabello negro como la noche, esos ojos hermosos azules, incluso su voz grave, mi omega movia la cola, maravillado, totalmente idiotizado, me di cuenta que tenía la boca abierta, espero no haber sido tan obvio, estaba embelezado con su presencia.

Su cabello negro rebelde, aquel aroma tan fascinante que tenía, volteó a verme, no quitaba su mirada de mi, yo seguía hipnotizado por su presencia.

-Estas bien mocoso?, esos idiotas golpearon tu rostro - se acercó a mí, su personalidad era imponente, posó su mano en mi rostro, tocando mi mejilla, frunci el seño con dolor - Estuve a punto de no llegar a tiempo, me debes una mocoso.

-Deja de asustarlo, se amable por una vez- aquella voz la conocía, provenía de aquella doctora alfa que me atendió aquella vez, mire hacia el suelo, jamás volví a verla desde aquella ocasión, ella me conseguiría un trabajo pero no volví, miedo, inseguridad, todo ello detuvieron mis pies, muchas veces.

-Puedes salir un momento?, tengo que hablar con el - el azabache aceptó mientras chasqueaba la lengua, ella me miró feliz, me hice pequeño - Me alegra verte, ha pasado mucho tiempo tres años cierto?, estuve preocupada por ti mucho tiempo, demasiado, pensé que te habías suicidado, mentiste en tu dirección, fuiste un tramposo Eren.

-Lamento las molestias de verdad, que vergüenza que tenga que atenderme siempre, y tenga que ver lo lamentable que es mi vida.

-Eren, no tienes porque tener vergüenza, al contrario has sobrevivido dos veces a una muerte horrible, y no es ninguna molestia, no seas tan formal conmigo quieres?, necesito que hablemos, te he hecho estudios estas muy debajo de tu peso, tienes una clara desnutrición y lo que más me preocupa, es que pareciera que tu omega, esta muriendo - desvíe mi mirada, eso ya lo sabia - ya lo sabias cierto?, Eren si no hacemos algo, morirás.

-Lo sé, y eso es lo que quiero, quiero morir- los ojos de la azabache, se abrieron, estaba preocupada, no me veas así, no te preocupes por alguien que no conoces, no valgo lo suficiente para ello.

-Desde cuando tienes pensamientos suicidas Eren?, que ha pasado contigo?, necesito saber la verdad.

-De qué serviría?, no quiero vivir, quiero que me dejes morir, no hagas nada, solo deja que mi omega muera y me lleve con el.

-Eren, que te llevo a esto?, necesito que me digas, quiero ayudarte, te busqué mucho tiempo, porfavor.

-Porque ayudarías a un omega como yo?.

-Siento que debo ayudarte, no voy a presionarte solo si llegas a aceptar mi ayuda, hablame quieres - la mujer paso una hoja de papel con su nombre, agradecí con la cabeza, mientras me ponía de pie, para marcharme.

Al salir lo vi, el se acercó a mí, su olor me estaba matando - Gracias por su ayuda, le agradezco de verdad, espero algún día poder corresponder su ayuda- desviaba mi mirada, de sus ojos azules, no podía sostener mi mirada con la suya.

-No te preocupes mocoso, solo cuídate y ten cuidado, la vida es una mierda.

-Lo sé, gracias - me di la vuelta caminando hacia afuera, el me miraba como me alejaba, caminaba recordando todo, finji ser fuerte todo este tiempo, pero no podía, estaba roto desde hace mucho, me había resignado a las tragedias constantes.

Camine casi una hora, tratando de acomodar mis pensamientos, aquel hombre hermoso, no me había reconocido, me alegraba que no se hubiera dado cuenta que tenía un vecino acosador que se le caía la baba, cada vez que el salía con su torso desnudo.

Llegue al veterinario antes de llegar a casa, ya era de mañana había pasado toda la noche en el hospital, llegué para recoger a mi amiguito, su herida en su pata estaba limpia, lo cargue entre mis brazos, hasta llegar a casa, entre a mi departamento, para llevarme el susto de mi vida, Reiner estaba en la sala esperándome, sus ojos dorados me seguían con la mirada.

Apago la luz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora