El abuelo tragón

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Estaba sentado mi abuelo en el sillón.

Muy quitado de la pena.

comiéndose una pera.

Llegó la calavera y le gritó;

- ¡Carlos! ¿De nuevo estás de tragón?

- Ya te había dicho que eso te llevará al panteón.


- ¡Cállate calandraca!

- Por no comer estás toda huesaca.


La muerte muy enojada le contestó:

- Huesaca y flaca

- Pero con muy buena facha.

- No que tu, todo panzón y barbón.

- Te ganaste un boletito directo al panteón.


Ahora Carlos llora y llora.

Porque su apetito voraz 

no  ha podido zacear.

y la calaca no lo deja salir a pasear.

Para su pansa poder llenar.


Calaveritas literariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora