Rebeca la maquillista

158 5 0
                                    

Estaba Rebeca ideando

que tonalidades mezclar

para su cara pintar.

Pues a una fiesta debía asistir

y en un concurso competir.


El premio mayor era un boleto al paraíso

que la muerte había tirado en el piso.

Pero para el perdedor

sería un viaje de dolor.

Al panteón debería ir

y sin posibilidades de huir.


Muy elegante

Rebeca llegó jadeante.

Porque una vez más

su tiempo no pudo coordinar

y a nada estuvo de faltar.


De pronto la calaca llegó

y con ella un grupo de modelos

que lucían perfectos.


Rebeca ante ella caminó

y sus ojos parpadeó.

Una sonrisa coqueta lanzó,

que al modelo más guapo paralizó.


Al momento de elegir al ganador

La calavera gritó.

- ¡A mi modelo no han podido superar!,

- ¡Por lo tanto a todos me debo llevar!.


El modelo aterrado

fingió ser derrotado.

El premio a Rebeca cedió

y hasta un beso le dio.


La huesuda muy indignada quedó

porque a su modelo no enamoró.

Mientras que Rebeca contenta se fue al paraíso

a contarles a todos lo hizo.



Calaveritas literariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora