🦸🏻♂️📰🗯 ... ❝Humanos o no, el mundo siempre necesitará nuevos héroes❞
Donde 𝙃𝙖𝙡𝙚𝙮 𝙍𝙤𝙜𝙚𝙧𝙨 se muda a Metrópolis porque consigue un puesto de trabajo en el diario semanal del 𝘿𝙖𝙞𝙡𝙮 𝙋𝙡𝙖𝙣𝙚𝙩 y termina teniendo un crush secreto po...
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DOS DÍAS ENTEROS DE COMPLETA IGNORANCIA FUERON MUCHO PARA CLARK, QUIEN CAMINABA COMO UN LEÓN ENJAULADO EN EL MINÚSCULO SALÓN DE SU DEPARTAMENTO, TAN SOLO ESPERANDO POR UNA LLAMADA QUE NUNCA LLEGABA. No sabía que una mujer podía ser así de intensa con los celos, y de haberlo tenido claro no se hubiera comportado de forma tan bromista. Mucho menos con una situación que, estaba más que claro, a su novia le parecía demasiado delicada.
Siendo sincero, no había visto nada amenazante y mucho menos malo en el acercamiento de Lois, tan solo le había preguntado cómo había estado su fin de semana y de ahí la conversación siguió. Ellos siempre solían hablar sobre todo, una cosa que no cambió luego de su alejamiento. No obstante, puede que las mujeres tuvieran ojos para todo tipo de situaciones, e incluso él siendo todo lo evolucionado que era seguía sin entender realmente lo que era estar en su mundo.
Igualmente pensó muy mal al creer que el enojo se le pasaría en unas horas, porque estas llegaron a ser 48 y Haley seguía sin dar señales de vida.
Decir que estaba desesperado era poco. Aquella había sido su primera gran pelea desde que comenzaron a salir, sin contar los conflictos por los arañazos de su gato, y no supo cómo reaccionar ante ello.
Le marcó miles de veces cuando se dió cuenta de que ella no iba a ceder tan fácil, e incluso luego de cinco mensajes continuaba sin responder. En conclusión, le estaba haciendo la ley de hielo para obligarlo a doblegarse...
Y lo más gracioso es que estaba funcionando ¡Vaya si estaba funcionando!
Lo tenía tan fuera de control que solo le hizo falta ese corto período de tiempo sin ella para saber que no quería perderla nunca más.
Apenas fue cayendo la noche, se dijo que no tenía por qué seguir esperando cuando sabía perfectamente lo que tenía que hacer para solucionar todo ese lío. Así que sin aguardar por más, recogió su abrigo de encima del sillón y se colocó los lentes antes de abandonar su hogar para adentrarse en las calles de Metrópolis.
