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Pov.Mae

Los días habían pasado bastante bien, Estheban y yo estábamos bien. Él se había logrado llevar bien con mis hermanos, aunque ellos de vez en cuando lo molesten me puedo arriesgar a decir que había algo de química entre Carla y Fred.

—Bueno, algo que quieras hacer para tu cumpleaños. —Me encontraba con Estheban en el último piso, se podría decir que este era nuestro lugar, podíamos hablar por horas sin ser interrumpidos.

—Recibir muchos besitos tuyos, talvez podríamos cocinar juntos algo. Creo que ya te había dicho que me encanta cocinar, podríamos hacerlo. Sería muy divertido.

—Lo será, pero ahora podría irte dando unos cuantos besitos. —No habíamos tenido nada fuerte, solo nos besábamos y nos tocábamos por encima de la ropa, pero nunca tan directo.

—No quiero arruinar el momento, de verdad no quiero, pero no puedo seguir así. —Mi corazón se hundió en mi pecho cuando escuche eso, ¿él me había usado o había hecho una apuesta con Daniel sobre eso?

—¿A qué te refieres? —Las palabras salieron entre cortadas de mi boca, estaba completamente paralizada por lo que había dicho.

—Solo cálmate si, no escogí bien mis palabras eso es todo. ¿Somos novios o que se supone que somos?

—Joder casi me matas del susto, bueno eso depende de que quieras. ¿Quieres ser mi novio?

—Claro que sí, discúlpame por asustarte. Las palabras realmente no son lo mío.

—Te disculpo solo por unos besos, novio. —El no espero nada para besarme, solo que esta vez fue distinto. Fue más intenso, nuevas emociones y sensaciones nos sobrepasaron de una manera muy intensa. La ropa empezó a sobrar y lo sentí, el de verdad nunca mentía. Me senté sobre él y ambos soltamos unos pequeños jadeos cuando esas zonas se rosaron. Me empecé a mover sobre él cuando sus labios empezaron a bajar por mi cuello.

Sus manos estaban en mis caderas ayudándome a marcar un ritmo sobre el cuándo una subió hasta unos de mi pecho y presiono. El gemido salió por si solo por más que intente callarlo, un gruñido salió de sus labios cuando baje mis caderas rápidamente para que nuestros cuerpos chocaran.

Baje mis manos hasta llegar al final de su camiseta, para empezar a quitarlo y él me ayudo a quitársela. Se recostó en el piso y volvimos a los besos, no eran como los usuales eran más demandantes y más posesivos. Sus dedos desabotonaron los botones de mi blusa con unos cuantos errores, pero no lo podía culpar, cuando termino de desabotonar mi blusa nos giró, yo termine echada en el piso y el sobre mí.

—¿Quieres seguir con todo esto?

—Si, si quiero seguir con todo esto. Dime que traes un condón por favor.

—Si, contigo a mi alrededor es mejor estar precavidos. —Nos volvimos a besar, pero esta vez sus besos iban cada vez más deseosos, sus manos iban más libres al momento de tocarme, todo iba de maravilla hasta que.

—Mae, te estaban buscando para almor...

—Mierda. —Eso fue lo único que dijo Estheban, agarro mi blusa y la cerro. Salió de encima mío y me ayudo a pararme.

—Si ahora vamos. —Mierda, mierda, mierda y más mierda. Al principio no pude distinguir bien la voz de quien era, pero claro que fue Michael.

—Puedo apostar que ya no le caigo bien a tu hermano.

—Creo que él sabe muy bien que puedo tomar mis propias decisiones, yo decidí hacerlo y se sintió muy bien. —dije dándole un corto beso. —No puede simplemente evitarte por que él ya sabe lo que tenemos.

Proyecto: ArlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora