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Pov.Mae

Ayer solo habíamos ido a cenar tranquilos, nadie sospecho nada. Él se quedó a dormir conmigo con el pretexto de cuidarme y después de hablarlo un rato con Lucas aceptaron que hoy podíamos ir al centro comercial, solo teníamos que llevar la camioneta ya que nos habían encargado algunas cosas.

—Bueno esta vez sí llevaran armas, no sabemos si han usado el centro comercial como refugio.

—¿Cuál sería el protocolo si hay sobrevivientes?

—Intentar traerlos, esto es realmente una base de supervivientes. El problema fue que el virus se propago muy rápido y no logramos traer gente. —Robert hablaba con mucha paciencia, tenía una gran sonrisa.

—Bueno, si hay sobrevivientes los traemos, traemos lo de la lista y si hay supervivientes tendríamos que volver para traer más suministros.

—No hagas nada extraño si vez a alguien cerca, primero inspeccionen el área y después obtienen suministros. No queremos que pase lo mismo que la vez pasada.

—Está bien, no revelar que somos inmunes, que puedo manipularlos ni la especie de gas.

—Exacto, les vamos a dar dos armas pequeñas y con recargas. No malgasten las balas, va a manejar Estheban porque tú no sabes manejar.

—Ella si sabe manejar, solo que no la dejaron sacar el permiso. No creo que sea un problema ahora que estacione mal. —Michael iba a favor.

—Solo en caso de emergencia, no queremos poner la vida en peligro de nadie.

—Bueno ya sabemos todo, podemos ir. Porfisss.

—Si, cuídense y eviten problemas, las cámaras del centro comercial ya no sirven. Hija por favor intenta no caerte ni tropezarte, confía en tus instintos y Estheban hazles caso a las corazonadas más loca que tenga. Podría saberles la vida y evita que ella maneje los quiero vivos.

Nos subimos a la camioneta y empezamos nuestro camino hacia el centro comercial, teníamos la lista de las cosas que teníamos que llevar y nos habían dicho que podíamos llevar aparte lo que quisiéramos.

—¿Estas emocionada?

—Si, demasiado. Aparte necesito unas cuantas cosas, mañana es tu cumpleaños y bueno tengo una idea.

—Sería buena idea que me digas que es.

—Lo lamento, pero es sorpresa. Sabias que hay una oscura historia tras la negativa de que yo saque mi permiso de conducir.

—Que tan oscura.

—Lo suficiente como para que el señor presidente casi me mande a un internado.

—¿Qué hiciste? —Estheban rio un poco, el seguía viendo el camino.

—Participe en unas cuantas carreras ilegales como muestra de rebeldía, un día me siguió la policía.

—Te atraparon, le dijeron a tu padre y casi te manda a un convento.

—No, hubo un soplón que le dijo que yo estaba allí.

—Bueno en caso de que tengamos que escapar de manera rápida te dejare el volante, no se manejar bien a rápida velocidad.

—Tenemos una gran diferencia, tú siempre has seguida las reglas y yo no. ¿Cuánto falta?

—Ya casi nada. —dijo a nada de bajar al estacionamiento.

—No bajes. —El freno en seco.

—Porque no, no hay nadie dentro.

Proyecto: ArlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora