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Pov.Mae

—Se dice hola, no solo se arrastra a la gente. —Seguía siendo arrastrada, solo había sido un par de metros, aún estaba cerca del laboratorio. Podía ver a Robert desde la ventana observando todo.

—¿Por qué te hicieron caso?

—Una dama nunca revela sus encantos, que te parece si me sueltas y hablamos como personas civilizadas, en todo caso que no quieras le podría decir a alguno de mis infectados que te ataque, no sabes cómo me encanta ver cómo les arrebatan sus últimos suspiros a las personas.

—Estas tremendamente jodida.

—Talvez, son cosas que nunca se saben. —Espere a que bajara un poco la guardia para quitármelo, no era tan difícil después de todo, al fin encuentro una ventaja de ser hija de presidente saber que hacer en situaciones así.

—Alto hay princesita. —Sentí algo frio a un costado de mi cabeza y bueno eso si no recordaba. Podría probar lo de ponerme a la defensiva, pero si no lograba controlarme podía empeorar las cosas.

—¿Qué mierda quieren?

—Queremos que te subas al carro, pones alguna trampa y te vuelo los sesos, haces un moviente en falso y te vuelo los sesos, llamas a algún infectado y te vuelo los sesos.

—Huy como me prende tu fetiche de los sesos, pero no quieres divertirte de una manera menos sangrienta. —Me voltee lentamente, podía ver a Robert asiéndome señales para que me mueva, pero era muy difícil de que le dé desde donde él estaba, podía sentir la angustia de Estheban, pero me tenía que concentrar en lo que sentía yo.

—Ten en cuenta que ya te advertí.

—No puedes matarme, si lo haces no sabrías como logro manipularlos ni cómo salir con vida de aquí. No quieres saludar a mi amiguito que está detrás de ti. —No tuve que decir nada más para que bajara el arma.

—No por favor, dile que se aleje.

—Le diré que lo haga si te largas en este instante con tu amigo y no le dicen a absolutamente nadie de lo que puedo hacer, porque les juro que si le dicen a alguien mi buen amigo ira y les volara los sesos. ¿Les parece?

—Si solo déjanos ir, prometemos no decir nada, nunca más te volveremos a molestar.

—Largo ahora. —Le hice una seña al infectado para que se quede dónde estaba y así lo hizo. Esos dos simplemente corrieron. —Eres libre de ir a donde quieras. —Dicho eso empezó a correr rumbo a los recién fugados.

—Puedo saber que mierda pensaste cuando se te ocurrió la maravillosa idea de salir sola. —Estheban estaba molesto, no era algo que no pudieras notar. No lo culpo yo también me hubiera molestado y mucho.

—Ni siquiera yo lo sé, pero descubrí que si los puedo manipular. En algún momento tenía que descubrirlo.

—Lo tenías que descubrir de una forma segura, no de una en la que casi te vuelan los sesos. Yo no te entiendo es que al cumplir 18 años se te pudrió el cerebro. —Robert también lo estaba, todos lo estaban bueno Amaya no tanto ella estaba más asustada por mis rodillas y ante brazos, ella estaba en shock.

—Hay que limpiarte esas heridas, joder no nos hagas eso, no sabes el susto que nos dimos.

—Hay que limpiarte esas heridas, joder no nos hagas eso, no sabes el susto que nos dimos

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Proyecto: ArlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora