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Pov.Estheban

No sabía que mierda había pasado, yo no lo decía con la intención de terminarle, yo lo dije con la intención de saber si las cosas cambiarían al enterarnos que había más personas con el lazo.

Tengo que hablar con ella y sacarle esas dudas de la cabeza. Toqué la puerta de su habitación y no obtuve respuesta, volví a tocar y esta vez la llame, pero me ignoro.

­—¿Qué pasa? —Bueno soy hombre muerto, Robert me rompería cada hueso por encontrar a su hija llorando.

—Hubo un mal entendido y ella pensó que estaba terminando con ella, yo solo quería saber si lo detener el lazo con más personas cambiaria lo que tenemos, solo que no explique bien y... —No pude terminar por que empecé a llorar, para ella la había dejado y había roto mi promesa. A Robert no le importo nada y abrió la puerta de su habitación, me empujo y nos encerró.

—Que q... —Ni siquiera deje que terminara, la bese tenía que hacerlo. No sé en qué comento las cosas se pusieron intensas, mi camiseta ya no estaba y yo estaba retirando su camiseta cuando me detuve.

—Disculpa, primero arreglamos el mal entendido y después continuamos. Yo no quise terminar contigo, solo quería saber si las cosas cambiarían ya que hay más personas con el lazo y talvez eso podría cambiar algo.

—No tiene por qué ser un problema, nuestra relación no es el lazo, es mucho más allá de eso. Me alegra que no hagas terminado conmigo, ya está resuelto. —Lo último lo dijo en un susurro en mi oído, me asegure mejor mi agarre en su cintura y la coloque sobre mí.

—Yo creo que sí. —Sabía que eso en algún momento iba a pasar de nuevo, esta vez las cosas fueron un poco más intensas. Al principio esperé un poco a que terminara de acostumbrarse y después empecé. Amaba hacerla sentir tan bien. Esta vez ella tomo un poco de iniciativa y se sentó sobre mí, se quedó allí sentada un momento, pero después se empezó a mover.

Nuestro maravilloso momento había acabado, cuando terminamos fui a desechar lo que recién habíamos terminado de usar y me puse mi bóxer, decidí ponerle mi camiseta y sus bragas

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Nuestro maravilloso momento había acabado, cuando terminamos fui a desechar lo que recién habíamos terminado de usar y me puse mi bóxer, decidí ponerle mi camiseta y sus bragas. No quería que le dé frio y que tampoco que alguien la vea desnuda si alguien entraba, ella estaba durmiendo abrazando el peluche que le había regalado.

Había un papel en su mesita de noche, lo leí y sabía que ella iba a ir a ayudar, necesitaban que yo vaya con ella. Todo se hablaría luego, no la despertaría. Me recosté a su lado, le di unos cuantos mimos en el cabello hasta que me dormí, me levanté cuando unas voces parecían estar discutiendo.

No estaban gritando, pero a Robert se le escuchaba molesto. Mierda.

—Yo lo hice ingresar aquí para que conversen y arreglen las cosas, no para que terminen teniendo sexo. Estas muy pequeña para esto. Por favor dime que al menos se están cuidando. Antes era chistoso porque no sabía que eras mi hija, pero ahora no.

Proyecto: ArlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora