SOBREDOSIS - [kookmin +18]

Fifteenth Shot: Odio & Amor.

La mejilla de Jimin yasia contra el colchón rozando dolorosamente en cada embestida que el alfa propinaba en su interior sin mínima intención de detenerse.

Jimin se había echo a la idea ya, con su corazón en mil pedazos y su lobo delirando sus penas; el rubio dejaba que el alfa hiciera lo que quisiera con su cuerpo, de modo que ahora se encontraba con el pecho contra la cama y sus caderas alzadas por las manos fuertes de Jeon quien abría sus glúteos para entrar gloriosamente en la profundidad de su interior.

—A-Ahh tan apretado.

Una palmada en su trasero le hizo gemir en sorpresa, Jimin ya había perdido la cuenta de cuántas palmadas le había dado en lo que llevaban follando, sería pecado decir "hacer el amor" cuando Jeon lo único que buscaba era cumplir su capricho a toda costa sin importar el placer del contrario.

Jeon llevó sus dedos al cabello del rubio enredando en su melena y tirando de éste obligándole a curvarse en un ángulo doloroso sin detener sus estocadas profundas.

~Este no eres tú Jungkook...
¿Donde ha ido mi dulce jungkookie? ¿Donde?...
Donde lo dejaste...~

Jimin ahora recordaba aquel tierno doctor que con su sonrisa fresca y adorable caminaba a su encuentro aquellos jueves de parque en que acordaban encontrarle con Mimi después del trabajo.

Todavía recuerda sus ojos volviéndose medias lunas tras las gafas redondas y sus incisivos resaltando mientras abría los brazos para tomar a su hija y depositar un beso en la cabellera rubia mientras se abrazaba a su cintura.

Jimin tenía la mirada perdida ahora mientras Jungkook hacia de las suyas con su cuerpo, su cuerpo frágil y doliente, Jeon dejaba mordiscos en su espalda, y sus dedos  se ensartaban en sus caderas.

Salió de su interior sin aviso, Jimin se desplomó en la cama sin tanto tiempo que disfrutar ya que Jeon cambio de posición girandole de frente, metiéndose en su culo sin ayuda de sus manos al llevar las piernas del rubio a sus hombros.

—¡O-Oh! mmh...

Se sentía bien, placenteramente se volvió caliente, a su lobo agradaba la oscura sensación de tener a su alfa, era el lado humano del Omega que estaba quebrado en mil pedazos.

Jeon movía su pelvis suave y de manera rotatoria, Jimin cerraba sus ojos; quería imaginar a su alfa no con esa mirada opaca y llena de resentimiento, la mano de Jeon sobre sus pómulos le obligó a enderezar y abrir los ojos.

—Mirame.

Ordenó soltandole, continuando sus embestidas.

—¿O a caso tienes vergüenza de mirarme a los ojos?

Jimin se quedó en silencio, no protestaria al respecto, a este punto había logrado entender que no  había nada que pudiera hacer para cambiar de idea a Jeon.

El estaba cegado por sus creencias, creencias que YoonGi sembró en él.

El silencio de Jimin  comenzaba a molestar a Jeon, por puro capricho embistió buscando su próstata hasta dar con el punto exacto, saberlo por la mueca de placer que se formó en la cara de Jimin prensando sus dientes y abrir de labios, entrecejo fruncido mientras gemía bajito.

—Vamos. Se que quieres gemir. ¿porque te contienes? ¿uh?

—Kookie...

Jadeó Jimin con sus piernas temblorosas tomando con fuerza la cabeza del alfa enredando fuertemente los dedos en su oscuro cabello y acercando su rostro al suyo.

—B-besame

~Solo uno...~

Jeon no hacia más que golpear aquel lugar provocando ahora sonidos eróticos de entre sus pieles ignorando la petición.