No mas callado [TK]

Capitulo 32

Jimin y Jungkook esperaban sentados en el césped a que Tae y su padre terminen de hablar. Kook había llevado a la serpiente que rescató del laboratorio, era hora de dejarla libre y que sea feliz.

La serpiente estaba enredada en la espalda de Jungkook y Jimin le tenía un miedo impresionante, sentía que la serpiente quería comérselo.

Al ver que Taehyung y su padre volvían, se levantaron y esperaron una respuesta. Pero de pronto, vieron como el señor Kim caía de cara al suelo intentando salir de esa cueva de árboles caídos.

Jungkook hacía todo lo posible para no reírse por respeto al señor Kim, pero Taehyung se estaba partiendo de la risa.

—¡Papá!—dijo y le extendió una mano—Levántate.

Con eso, los dos chicos se dieron cuenta que esa charla había resultado bien. Taehyung parecía feliz entonces parecía que su padre se disculpó con el.

—¿Y... sucedió algo interesante?—preguntó Jimin a Taehyung.

—Ya hablamos y pues... todo está bien—contestó Tae y miró a su padre, que limpiaba su pantalón lleno de tierra que el bosque le estaba dejando—Y que puedo volver a la casa.

El señor Kim sonrió y levantó la cabeza, cuando vio la serpiente enredada al rededor de Jungkook, pegó un grito y se escondió detrás de su hijo.

—¿¡P-pero por que demonios tienes una serpiente enredada en tu cuerpo!?

—Con todo respeto, esta serpiente se llama Antonia—dijo Jungkook y tomó al animal en sus brazos—Y la traje aquí para devolverla a su hogar.

—¿Ya le pusiste nombre?

—Pues si, me encariña mucho. Me siento un padre orgulloso.

Jungkook caminó unos pasos hacia adelante, dejó a la serpiente en el suelo y se arrodilló frente a ella.

—¡Ve, Antonia! ¡Se libre en el mundo y no dejes que ningún estúpido humano te mate!—dijo y señaló el bosque—¡Ve, diviértete con más serpientes! ¡Ve y se una rompe corazones!

La serpiente no entendía un carajo lo que Kook quería decirle, pero solo lo miró unos segundos y comenzó a arrastrarse por el bosque hasta llegar a una carretera.

Jungkook se levantó del suelo y llevó su mano a su pecho, amaba a esa serpiente.

—Pues... que bueno que la liberaste—dijo Taehyung entrelazando su mano con el castaño—No podía permanecer  encerrada en tu habitación toda la vi-

Las palabras de Taehyung fueron interrumpidas al ver como un auto atropellaba a la serpiente, Jungkook cubrió su boca y corrió hacia la serpiente.

—¡ANTONIAAAAA!

Se arrodilló frente a la serpiente y comenzó a sacudirse para ver si estaba viva. El animal tenía en medio de su cuerpo la marca de la rueda del auto. Los demás también se acercaron y vieron las lágrimas de Jungkook.

—¡A-antonia! ¡Despierta!—gritó el menor para luego tomarla en sus brazos—¿¡P-por qué mundo cruel!? ¡Antonia tenía toda una vida por delante!

Siguió llorando, pero de pronto, sintió como la serpiente le mordía la mano. Jungkook se quejó y la soltó, viendo como Antonia se alejaba y desaparecía en medio del bosque. Taehyung se arrodilló frente a el y tomó su mano, viendo la mordida.

—¡Jungkook! ¡Debemos ir a un hospital! ¡No es bueno que una serpiente te muerda!

El nombrado se quedó callado, miró su mano y gritó.

—¡Puta Antonia! ¡Te di de todo y tu me agradeces así! ¡Hasta te dejé ver como Tae y yo hacíamos el delicioso!

—¡J-jungkook!

El padre de Taehyung se los quedó viendo confundido, al parecer tenía un yerno algo peculiar y que al parecer hablaba con las serpientes. La mordida de la serpiente comenzó a ponerse negra y hacer que arda la mano de Jungkook.

—Nunca olvidaré la traición de esa serpiente

—Vamos Kook, debemos ir rápido a un hospital

—¡Pero yo estoy bien!—respondió Kook, pero al ver su mano, cambió de opinión—Retiro lo dicho, creo que voy a morir por el veneno de una serpiente.

Taehyung tomó de la otra mano a Kook y los dos se levantaron del suelo, esa mordida parecía muy grave.

—Vamos a mi auto, hay un hospital cerca de aquí —dijo el señor Kim sacando las llaves de su auto.

Todos salieron del bosque y se adentraron al auto, Taehyung miraba preocupado la herida, temía que le suceda algo malo a Jungkook.

—Todo estará bien—tranquilizó el menor—Solo es un rasguño.

Miró la herida otra vez y apretó sus labios.

—Supongo...

Continuará.