Cambios necesarios

Capítulo 12: Ascenso

El viaje de regreso a la aldea fue más tranquilo. No había motivos por los cuales preocuparse. Solo tendrían que llegar y reportarse con el Hokage, mientras llevaban a los prisioneros a ser interrogados. Naruto estaba mejor que antes, ya se había recuperado del mareo, por lo que podía avanzar sin problemas.

Al llegar a la aldea, los shinobis de Konoha que escoltaban a los prisioneros se separaron del grupo de Minato, mientras que ellos tomaban rumbo hacia la torre del Hokage, ya que al llegar, los chinin que vigilaban tenían que informarles que el ercer hokage, Hiruzen Sarutobi, necesitaba que Naruto se presentará con él apenas llegaran.

Era fue algo raro para el grupo. Todos estaban confundidos al respecto, preguntando de que se trataba, pero los chunin solo sabían eso y que les avisaran apenas regresaran. Sin darle muchas vueltas, siguieron su camino hacia su destino, ingresando a la torre hasta llegar a la puerta de la oficina del Hokage. 

Al tocar la puerta, escucharon el "Adelante" de Hiruzen, entrando en su oficina, y viéndolo sentado detrás de su escritorio, con sus codos apoyados sobre la mesa, juntando sus manos frente a su boca, con un rostro pensativo.

-¿Lord Hokage?- Llamó Minato, quien fue el primero en entrar a la oficina, seguido por sus alumnos.

-Ohh... Minato. Ya han regresado- Comentó Hiruzen sentándose derecho en su silla, sacando una pipa de uno de los cajones. Podían ver el rostro agotador que tenía el viejo hokage. Parecía bastante cansado.

-Así es Lord Hokage, la misión ah sido un éxito.- Informó el Namikaze acercándose al escritorio junto con el grupo de jóvenes. Hiruzen ya tenía su pipa encendida, mientras aspiraba de ella. -También hemos podido capturado a varios shinobis de Iwa. Ya deben estar en interrogatorio-

-Bien, es bueno saberlo...- El viejo Hiruzen hizo una leve pausa, mientras expulsaba humo de su boca.  -Naruto... hay algo que debemos hablar.- Se dirigió al joven rubio, que junto a su padre. Desde que llegó a la aldea se preguntaba que quería el Hokage. Por un momento sintió que algo malo había ocurrido.

-¿Qué ocurre viejo?- Le preguntó, avergonzando tanto a su padre como a Rin y Obito por el apodo que le dijo al Hokage. Eso era una falta de respeto ante su autoridad, pero vieron que Hiruzen se lo tomó bien, mientras espiraba humo por su boca antes de hablar.

-Hay un asunto que tengo que informarte.- Informó el Hokage mientras fruncía levemente el ceño. -Con respecto a tu prueba de ayer.- Eso dejó bastante confundidos a los presentes. 

-¿Que pasa con eso?- Preguntó de nuevo al Hokage, con curiosidad. Creyó que ayer lo había hecho bien. Que había cumplido su objetivo. Pero al ver el rostro del viejo hokage, notaba comp éste se encontraba sumergido en sus pensamientos, con el ceño fruncido recordando algo que ocurrió esta mañana.

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Flashback

Se encontraba Hiruzen Sarutobi sentado en su escritorio, con la vista hacia unos papeles que tenía en frente. Todas eran anotaciones e informes de guerra. Las cosas seguían igual que siempre. Muchos shinobis perdiendo la vida en el campo de batalla, y pensar que en un par de años las cosas seguirán igual, el viejo hokage no podía evitar pensar en aquel rubio que conoció hace dos días. Gracias a su llegada tenían la suerte de cambiar las cosas. No más guerra, no más muerte, solo quería que hubiera paz, y si eso significaba cambiar la historia, pues que así sea.

Pero en ese momento, una figura se puso enfrente de su escritorio. No era necesario que levantara su vista de sus papeles. Sabia perfectamente de quién se trataba. -¿Que se te ofrece Danzo?- Preguntó el Hokage con la vista todavía en sus papeles, a su viejo compañero de equipo. Ya se imaginaba que querría, o de que trataría lo que tuviera que decir.