CHAPTER 30

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En su soledad y desamparo, la de orbes oliva se sumía en su lamento. Sus lágrimas reflejaban la aflicción por no sentirse fuerte en esos momentos de agonía. Se abrazaba a sí misma en un intento por conseguir algo de calor en sus noches frías.

Se encontraba en el rincón, mirando hacia la pared y con su cuerpo acostado a una adyacente, no queriendo mirar más aquellas barras que impedían su libertad.

Al escuchar a lo lejos el eco de unos pasos‚ ella intentó secarse las lágrimas‚ pero estas aún seguían cual torrente. Por lo que ella sabía, Gwen ya había abandonado completamente el sótano, a menos que haya vuelto por más...

Una tenue luz con tonos anaranjados invadió parcialmente su espacio. Ella aún seguía agotada física y mentalmente, yacía de espaldas a las rejas y con su brazo derecho y cabeza apoyados en la pared, invadida por la melancolía.

-Vete, Gwen, ya tuve suficiente con esto -habló con tono desganado, sin haber reparado realmente en la presencia- Si vas a venir a-

-¿Gwen? -Amy abrió los ojos con horror, saliendo de trance y dándose cuenta de su error. Reconoció la gruesa y profunda voz de aquel erizo.

-¿Shadow? -miró sobre su hombro sin mirarle a los ojos‚ temiendo que él llegue a encontrarla llorando- D-discúlpeme. El hambre y la sed están afectando mi raciocinio...

Ante tan extraña respuesta, Shadow frunció el ceño, sabiendo de antemano que ella quería evitar el tema. Y por otro lado, reconsiderando la idea de darle de comer...

-¿Gwen estuvo aquí? -preguntó, fingiendo no saber nada de lo ocurrido hace poco.

Titubeante, la muchacha respondió:- N-no, Shadow... Ya le he dicho que mi raciocinio e-está gravemente afectado por el hambre...

"¿Qué estás diciendo, Amy?", la pregunta mental iba más para ella que para él mismo. Él no podía creer que ella estuviera encubriendo hasta la presencia de la gata amatista ¿Por qué lo hacía?

El sonido de las rejas abrirse retumbó por las paredes: Shadow había decidido entrar y hacer algo al respecto. Pronto, el resplandor de la antorcha llegó a iluminar su rostro lleno de lágrimas, por lo que ella ladeo la cabeza hacia un lado para evitar que él la viera.

El de orbes carmesí, quien se hallaba junto a ella, ablandó su mirar al ver la reacción de su contraria, sin saber cómo tomar la iniciativa con respecto al tema, puesto que, como vampiro, tomaba una actitud más indolente y cruel ante los que osaban enfrentarse a él.

-¿Sucede algo? -su voz denotaba preocupación, algo que ella no esperaba realmente: después lo que pasó hace tres días, pensó que Shadow había dejado en claro su desprecio hacia ella.

Amy, por más que quisiera justificar su inocencia, no poseía evidencia más que solo su palabra, pero, ¿Shadow le creería? Era algo que deseaba, pero no que se cumpliría.

-Por cierto, no vale la pena que le digas la verdad, por más que tengas la razón. A ojos de Shadow, el ya no confía en ti ¿Lo recuerdas? Te dijo que eres una mala influencia...

Lo ocurrido con la gata llegó a su memoria. Aunque lo negara, la veracidad en sus palabras y el acontecimiento que se formó hace tres días, le dio a entender que el silencio era la mejor opcion.

Solo ella sabía lo que ocurrió realmente... Pero no era suficiente...

El azabache, por su lado, conocía la situación y -ahora- la verdad; pero quería que Amy se lo dijera con sus propias palabras, pues no podía acusar a Gwen sin el testimonio de la chica. No era necesario para él mirarla fijamente a los ojos para saber que ella estaba llorando: lo notó al llegar.

In the dark ||Shadamy AU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora