Importancia

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Draco permaneció en el exilio gran parte de la noche, en esa parte de la fiesta estaban los solteros que querían ligar con alguien, y desde luego que no había sido su idea quedarse ahí, pero ya no podía hacer nada, algunas personas habían intentado entablar una charla con él pero no lo permitió por más de cinco minutos, alejándose completamente desinteresado, solo había una persona que le interesaba y esa era Ginevra Weasley, que estaba saliendo con Theodore Nott.

Después de medianoche, Pansy se había puesto benévola y lo había dejado salir de aquel lugar infernal, ya con la concurrencia en general, los intentos de charlas disminuirían considerablemente, pero en realidad lo único que quería era ver a Ginny, aunque estuviera con el imbécil de Nott.

—Estás alejada de toda diversión ¿dónde está tu fabuloso novio?

—Se marchó –contestó bajando el rostro.

—Vaya, pensé que sería la gran noche de parejas –soltó incómodo, en un tono intento por bromear.

—Se supone, pero las cosas cambian en un momento a otro.

—Cambian –repitió.

—Sí, pero mejor que cambie esta cara, no quiero arruinar las cosas para las chicas.

Se alejó de él confundiéndolo por completo ¿qué había hecho para ocasionar aquello? La observó alejarse y unirse a otro grupo de personas que él no reconoció pero suponía que ella sí, habían pasado algunos meses desde que ella había comenzado a salir con Nott, y aunque sus celos deberían haberse controlado, no lo habían hecho, todavía los sentía al verla con alguien más.

Draco regresó al exilio, completamente dispuesto a encontrar una cita para esa noche, no estaba de buen humor y el reciente comportamiento de Ginny lo había empeorado todo para él ¿por qué rayos se había comportado así con él? ¿Qué había hecho?

—Me gusta tu disfraz –comentó la chica.

—Sí, es bueno –respondió.

—Dime ¿quieres bailar?

La mirada de Draco fue al otro lado del lugar, intentando ubicar a sus amigas, pero no pudo ver a nadie, suponía que al menos dos de ellas, estaban bastante ocupadas con sus respectivas parejas, así que se encogió de hombros restando importancia.

Se dirigieron a la pista y por más que intentó distraerse lo único que podía pensar era en Ginny y su ridículo comportamiento para con él, siguió moviéndose al ritmo de la música, pero no estaba disfrutando para nada aquella fiesta.

Volvió a mirar a su alrededor buscando a alguien que le hiciera sentirse menos incómodo al respecto de la situación, pero terminó aceptando que todo quedaba en sus manos y que nadie llegaría a su rescate, suspiró y aceptó alejarse de la pista para ir a buscar algo de beber, ya que habían pasado gran rato bailando sin detenerse.

—Si quieres podemos ir a sentarnos un momento –sugirió él.

—Ah, sí, sería buena idea –sonrió la chica.

—Vamos entonces.

Avanzaron hasta que encontraron un sillón desocupado, se dejaron caer y observaron a su alrededor mientras bebían sus tragos en un silencio incómodo, pero sin obligarse a tener una charla igual de incómoda para ambos.

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