Cadenas

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A pesar de todo lo que últimamente Theo Nott había estado haciendo con tal de afectarla, Draco no podía creer lo que le estaba contando, ese tipo le había propuesto que se mudara con él, y ella lo estaba considerando, después de todo lo que había cambiado de ella en su personalidad, ahora quería asegurarse de que ella se sometiera completamente al aceptar esa mudanza.

—Yo, no sé qué hacer –admitió Ginny, observándolo.

—Si no estás segura de querer hacerlo, simplemente dile que no.

—Para ustedes los hombres todo es tan fácil, pero no para nosotras –bufó –la vida no se está deteniendo precisamente –lo observó.

—Jamás lo hará, y que vayas a vivir con él, tampoco la agilizará, por el contrario, creerás que los días se detienen y mientras crees que todo está en pausa, las personas que te apreciamos veremos cómo los días llegan y se desvanecen contigo ahí, en una relación que no tiene ningún futuro, sano, al menos –se encogió de hombros.

—Realmente te cae muy mal ¿no es cierto? –Se burló ella.

—Ah, sí, sin duda me cae muy mal, principalmente porque ha cambiado muchas cosas en ti.

Ella lo observó, desde la otra vez se había dado cuenta de que Draco realmente la observaba tanto como Theo se lo repetía todo el tiempo y hasta la noche pasada, ella había negado, aceptarlo no solucionaría sus peleas por su amistad con Draco, que según su novio, tenía que terminar porque él se creía con el derecho a opinar respecto a ella, y eso solo era algo que él podía hacer.

Se quedó meditando las palabras de su amigo, podría tener toda la razón del mundo, pero alejarse de Theo era algo bastante complicado para ella, y en su mayoría no sabía cómo hacerlo, sin ocasionarse más problemas de los que estar con él ya le ocasionaba.

Ya Luna se lo había comentado también ¿por qué no se iba? Pero no era algo de no querer, sino de no poder, quería irse corriendo, pero no podía, se sentía atada a Theo con unas cadenas invisibles que se cernían a su cuerpo cada vez más cuando pensaba en marcharse.

—Te quedaste seria, significa que dejo de hablar, antes de que vuelvas a responderme que a mí no me interesa, porque no es mi problema.

—No voy a volver a decirte algo así, discúlpame, aprecio tu opinión...

—Pero no te interesa.

—Si no me importaran tus opiniones, no te las pediría –le sonrió.

—No las tomas en cuenta, ni las mías ni las de Luna, que más que opiniones son consejos, que realmente no quieres escuchar.

—Sí, posiblemente eso es lo que parece –suspiró.

Draco cambió de tema, una vez más por uno que sabía que sin duda la entusiasmaría más, que era su negocio, así que fue obvio el cambio de actitud, la emoción y el brillo en su mirada, algo que le gustaba tanto a él, verla apasionarse era de sus cosas favoritas.

Normalmente a Ginny solía apasionarle la vida misma, pero Theo había hecho que eso se arruinara para ella y para todo aquel que amara esa parte de la joven, si bien no era una rosa marchita, su espíritu ya iba por gran parte del camino recorrido, pero Draco comprendía que no podía apresurarla, era algo que ella tenía que hacer por sí misma, pero también le haría saber que no estaba sola, que él la apoyaría.

—Estuve hablando con alguien que puede hacer las decoraciones –sonrió.

—Si necesitas también ayuda en eso, no dudes en decirme también.

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