Conciencia

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Los ojos grises de Draco permanecieron todo el tiempo dentro de su círculo de amigos sentados junto y frente a él, poniendo todo de su ser en no volver a observarla, y por fortuna ignorarla parecía tan natural, que contradecía todo lo que estaba sintiendo en ese momento.

—Aquí están sus bebidas, Ginevra me pidió que les dijera que ella las ha preparado especialmente.

Aquello logró que Draco desviara la vista hasta la joven mesera, levantó la mano cuando iba a dejar su café frente a él.

—No, gracias, solo quiero un poco de agua, si está bien.

—Ah, claro, está bien –contestó con una sonrisa, pero un poco sorprendida por el rechazo –en seguida vuelvo con su vaso con agua.

—Claro.

—Ah, vamos, Draco, no vas a ponerte en ese plan ¿cierto? –Bufó Tim –ya vendría siendo hora de que te pongas los pantalones y hables con ella.

—Yo hablé con ella y le dije mis sentimientos –informó irritado –ella fue la que inició todo esto.

— ¿En serio todo esto es porque Nott se ofreció a darle el dinero del préstamo para que liquidara la cuenta? Digo, al menos que haga algo bueno por todo lo malo que hizo –soltó Pansy –para él es como quitarle una escama a un dragón y lo sabes.

—Desde luego –bufó enfadado –también le ofrecí ayuda en eso.

—Bueno, las circunstancias son completamente diferentes ¿si eres capaz de distinguir la razón?

Draco se giró hasta la pelirroja que dejó el café frente a él, con una mirada severa, como si fuese una madre obligando a su hijo a comer algo que no quiere, así que se puso de pie, para encararla.

—No van a hacer un escándalo aquí –soltó Luna –el lugar se está volviendo famoso por la tranquilidad, no por los chismes que puedes presenciar.

—Cierto –aceptó Ginny y observó a la rubia que asintió.

Draco sintió la mano de la pelirroja en su pecho y el tirón de la aparición, así que solo le quedó mirar a su alrededor para notar que estaban en el apartamento de la joven.

—Deberías superarlo –soltó indignada –es dinero, no es como si me fuese a casar con él para resarcir el daño que hizo –bufó.

—No, es dinero sucio, para callar lo que te hizo, deberías ir con tu hermano y decirle lo que hizo –gruñó.

—Sabes, creo que no hay nada que hablar si vas a sostener esa postura.

—Dejarlo así, con solo dinero como retribución por el daño psicológico y físico que te hizo, es como dejar que vaya por la vida haciendo eso con todas las chicas a las que pueda sobajar ¡y eso es lo que quieres! –Soltó incrédulo –dime ¿quieres que alguien más pase por eso?

—No fue tan grave, Draco...

—Sólo escúchate, Ginevra, ese tipo abusó de ti en más de una forma, y dices que no fue tan grave, que estés aquí, es gracias a que fui a buscarte ¿Cuánto tiempo crees que él hubiese seguido manteniéndote ahí?

—El tiempo suficiente para que los golpes desaparecieran –admitió ella, tranquila.

—Y tú vas a seguir sosteniendo esa mentira ¿no es así? Si tú no haces nada, irá tras otra chica, que quizás tampoco hará nada, y un día se dará cuenta que puede tratar a las mujeres como le plazca porque nadie le pondrá límites ¿y sabes qué va a pasar?

—No –soltó despreocupada.

—Un día no medirá su fuerza, y matará a una chica, y a nadie le importará porque, solo fue un golpe, ella debió merecerlo ¿no es así? –Negó –y luego irá tras otra, y otra ¿Cuántas mujeres estás dispuesta a que pasen por esto, solo por unos galeones?

—Estás exagerando –soltó ella, restando importancia.

—Sí, lo mismo me dijiste cuando te dije que algunas personas no cambian para bien –se dio por vencido –solo no quiero un remordimiento en tu conciencia, cuando escuches que hizo algo terrible e irreparable, y recuerdes que tuviste la oportunidad de ponerle un alto, y porque no fue para tanto, lo dejaste marcharse, sin castigo alguno por lo que te hizo.

—Draco...

—Yo hice cosas malas, y otras tantas por omisión, por eso te lo digo, pero si crees que puedes sostener ese peso en tu conciencia, yo no voy a meterme de nuevo ¿bien?

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