Control

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Draco observó a su alrededor y aunque no le gustó la idea, entró de forma forzada al apartamento de Ginevra, el lugar estaba tranquilo y en silencio, como si nadie hubiese estado ahí en días, la idea de que hubiese estado quedándose con Nott no le agradó para nada, aunque si eso había pasado, tenía que comenzar a hacerse a la idea, aquella escena de celos no significaba absolutamente nada, y más porque aunque él le había confesado que deseaba estar con ella, Ginny simplemente se había quedado callada sin decir más.

Avanzó hasta la habitación, las veces que había ido cuando se reunían todos, nunca había llegado hasta ahí, aunque Pansy y Luna sí, eran chicas, era de esperarse que eso pasara, entró despacio, por si estaba indispuesta, pero lo dudaba, ya que había tocado la puerta y no había tenido respuesta.

La ropa que había estado usando en la inauguración no estaba por ningún lado, así que aquello confirmó el hecho de que ella se había estado quedando en casa de Nott, tuvo que contar hasta diez, para poder lidiar con la idea, aun así fue casi inevitable que pusiera los ojos en blanco del coraje.

Salió del apartamento rumbo al trabajo, tenía que ir o lo despedirían, y si bien podía ser mantenido por sus padres, no era algo que estuviera dentro de sus planes, así que aunque no quisiera, tendría que ir al apartamento de Nott hasta después del trabajo.

Ginny se observó al espejo, tenía la esperanza de que él la dejara salir de ahí hasta que los golpes desaparecieran por completo, aquello hubiese sanado rápido con una poción, pero también dedujo que él la estaría poniendo en la comida, por eso se limitaba al agua, donde claramente había una cantidad menos concentrada.

Observó por el reloj, era lo único que le hacía sentir un poco más de control, pero daba igual porque la ventana estaba hechizada y no podía ver si era de día o de noche, solo sabía que eran las seis con treinta y cuatro minutos.

Escuchó ruidos al otro lado de la puerta, era la primera vez que lo escuchaba, avanzó rápidamente hasta la puerta y comenzó a golpear con las palmas abiertas.

— ¡Theo! –Chilló -¡Theo déjame salir de aquí! ¡Theo! ¡Theo, por favor, déjame salir de aquí!

Los pasos se alejaron rápidamente  o quizás se acercaron, no estaba segura, pero un minuto después, la puerta se movió por primera vez en lo que a ella le parecieron años, iba a golpearlo, pero se quedó quieta cuando vio a Draco.

El chico la observó, y su ceño se frunció de inmediato, avanzó apresurado hasta ella y la sujetó del rostro, los golpes aun no sanaban por completo, la abrazó fuertemente contra él, así que ella ocultó el rostro en su pecho, sintiéndose segura por primera vez en mucho tiempo.

—Gracias por buscarme –sollozó Ginny.

—No agradezcas, tardé demasiado en hacerlo, no debí, pero quise darte tu tiempo –musitó –nunca pensé que estarías así ¿estás bien?

—Ahora lo estoy –admitió.

—Vamos a San Mungo, y de ahí, a tu casa.

Draco no se alejó de ella todo lo que le tomó llegar a su casa, aguardó paciente en San Mungo, dejó las pociones sobre la barra, y la siguió hasta la habitación, la chica se recostó, se veía bastante cansada, así que lo mejor era dejarla descansar.

—Enviaré a un elfo –informó –que esté pendiente de ti todo el tiempo, son bastante capaces, según dice Luna –informó.

—No te vayas –lo sujetó de la mano cuando dispuso a levantarse, ya que se había sentado sobre la cama a su lado –por favor, quédate conmigo.

—Descansa un poco, estaré en la sala –informó, aceptando.

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