Astrid

Capítulo 7.

—¡Es una locura! Puedes creerlo, ¿Lobos? Son lobos. Cuando Evan me lo dijo lo primero que hice fue reírme.

—¿De verdad? — río divertida — ¿Sabes cómo llegamos aquí?

—Supuestamente estaban yendo a cazar por qué era "Casería de Alfas" y me contó que una luz negra alumbró el cielo, les pareció algo raro — me cuenta y toma una galletita, termina de masticar y prosigue a contarme — hasta que sintieron nuestros aromas.

—Yo creí que íbamos a morir. — suspiró recordando la sensación que sentí, fue espeluznante.

—Yo también, pero tenemos un ángel protegiéndonos. — sonríe mostrando sus perfectos dientes blancos — ¿Y qué tal? ¿Cómo te va con ellos? Tienes dos lobos a tu disposición.

Siento mis mejillas calientes al ver su mirada pícara. ¿En qué momento cambiamos de papeles?

—Te sonrojaste — me acusa riendo — eso sí es nuevo.

—Cállate. Supongo que me va bien.

—Supones. ¿Sentiste la conexión? ¿Ya los besaste? ¿Te acostaste con los dos?

—¿¡Qué!? ¡Emily!

—Anda dime, soy tu amiga.

—Una amiga pervertida. Y si los bese.

—¡Ay! ¿Te gustó?

—Tal vez.

—Harían tan linda pareja. — Hago una mueca — ¿Qué pasa? ¿Te hicieron algo?

—No es eso — niego con la cabeza — es que no puedo estar con ellos, sabes que tengo una vida allá.

—Lo sé, yo también la tengo. ¿Y qué vas hacer?

—Tengo un plan.

—¿Qué clase de plan?

—Voy a estar un tiempo con ellos y luego volveré a mí hogar.

—Estás tratando de decirme que, ¿Vas a acostarte con ellos y luego te irás?

Emily me mira con el ceño fruncido.

—Exacto.

—¿Y qué pasa si te enamoras?

Suelto una carcajada. ¿Enamorarme? ¿Yo?

—Eso no va a pasar. Mi corazón está cerrado para el amor.

—No creo eso, para mí tienes miedo a salir lástima otra vez.

—No es eso.

—Si, As — toma mí mano por encima de la mesa — tienes miedo y está bien, tratas de protegerte, pero te diré algo, lo poco que vi de esos dos hombres es que te miran con amor y sé que una parte de ti también lo siente. No quiero escucharte decir que solo es deseo. Quizás todo está pasando muy rápido y lo entiendo, hasta yo me sorprendí de tener estos sentimientos por Evan y lo conozco hace pocos días. Pero no te parece coincidencia, que hayamos llegado acá.

—¿A qué te refieres?

—Es como si estuviéramos destinadas a venir a este mundo. Yo creo que fue el universo, por ahí este sea nuestro nuevo mundo ¿No te parece?

—Yo ya tengo mi mundo.

—Bien. Haz lo que quieras, pero no vuelvas por mí. Acá me siento bien.

—Está bien. Si eres feliz, te apoyo.

—Gracias — se levanta de la silla y me da un abrazo, sonriendo le correspondo — vas a venir a visitarme el tiempo que estés, ¿No?

—Por supuesto.

Nos separamos y nos miramos con una sonrisa. Saber que está perfectamente bien y comprobarlo con mis ojos me alivia mucho, eso quiere decir que lo que me dijeron acerca de que protegen y cuidan a sus mates es real. Espero que Emma y Alison se encuentren como nosotras a salvo y juntas.

—Ma belle — volteo el rostro al escuchar la voz gruesa de Evan. Él es un hombre muy apuesto, cabello negro oscuro, ojos azules intensos y un rostro perfecto.

—¿Eh? ¿Qué dijo? — preguntó mirándolo con el ceño fruncido.

—Mí bella — susurra Alex en mí oído. Trago saliva. ¿En qué momento llegó?

Escuchó la risita de Emily, la observó, realmente siente algo por Evan. Lo que es algo loco porque hace pocos días lo conoce, probablemente es la conexión de mate.

<<¿Haré bien en irme?>>

<< Tienes una vida allá, alumnos que te esperan. El futuro que luchaste días y noches ¿lo vas a dejar así por dos hombres? >>

—No.

Todos voltean a verme. Lo dije en voz alta.

—¿Eh? Estaba pensando — sonrió nerviosa.

—¿Estás bien?

—Lo estoy.

Me observa desconfiado.

—Después hablamos.

—¿Se quedan a comer? — nos pregunta Emily mirándonos a los tres.

—Cariño, ¿Quieres quedarte? — me consulta Axel con una sonrisa intentando tomar mi mano, doy un paso hacia atrás esquivándolo disimuladamente.

—Si.

A lo mejor debería irme antes de estar con ellos. No lo sé, tendré que considerarlo bien.

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