Capítulo 16.

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Despacio me giro y miro la mano que me impide seguir con mí camino, sigo la mirada de ese brazo fuerte que me sostiene y chocó con los ojos de Alex.

—¿Sí? — inquiero tímida.

—Voy a hacerte una pregunta y quiero que seas honesta — trago saliva. Hazme las preguntas que quiera — ¿Sientes algo por nosotros? ¿Más allá del deseo?

—Siento cosas muy fuertes por ambos, más allá del deseo — me sincero.

—Es todo lo que quería escuchar.

¿Ah?

Y me sorprende que estampe sus labios con los míos, no dudo ni un segundo en corresponderle, joder como lo extrañe. Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde.

Sus manos van directo a mi cintura acercándome a él haciendo que no quede espacio entre nosotros, coloco mis manos alrededor de su cuello y noto el calor que desprende su cuerpo.

El beso es ansioso, caliente y muy apasionado.

No me extraña que su hermano se coloque detrás de mí y presione sus tentadores labios en mí cuello. Ellos me hacen perder la razón, estoy segura que tengo que decirles algo ¿Pero qué era?

Una mano se coloca en mí abdomen empujándome hacia atrás haciéndome sentir su dura erección.

<<Oh, el bebé>>

Me separo bruscamente de ellos produciendo que suelten una queja.

—¡El bebé!

—¿¡Qué bebé!? — preguntan ambos desconcertados.

—El mío. Estoy embarazada.

—¿Tú estas...? ¿Qué?

—¿Embarazada? — Alex me toma de las mejillas para que lo mire.

—Sí, hace poco me enteré y no crean que volví por el bebé. Yo de verdad los amo.

—¡Oh por la diosa luna! ¡Por esa razón había ese aroma extraño! — Axel empuja a su hermano y se inca frente a mi abdomen — no puedo creerlo — miró con ternura como sus manos temblorosas tocan mi abdomen por encima de mí vestido y deja un beso.

Estiró la mano y acarició su cabello mientras le habla al bebé, su mirada se dirige a mí y tiene los ojos brillosos.

—Es el mejor regalo de cumpleaños — avisa Alex agachándose también.

<<¿Cumpleaños?>>

Frunció el ceño. Entonces, mi cerebro reacciona.

—Oh por dios. Es su cumpleaños.

Ambos asienten aun poniendo atención a mí abdomen donde está el fruto de nuestro amor.

—Feliz cumpleaños, levántense, déjenme abrazarlos.

En sincronía se ponen de pie y los abrazo a los dos. Inhalo sus aromas y siento la calidez de sus cuerpos, me hacían mucha falta.

—¿Sabes cuál sería el otro mejor regalo? — susurra Alex en mi oído, niego — hacer el amor contigo.

Sus palabras logran que una parte de mi cuerpo palpita y no hablo de mi corazón.

—Qué dices, ¿Quieres que nos enterremos en ti lentamente? ¿Nos extrañaste? ¿Extrañaste sentirnos? — Axel mordisqueando mí oreja.

—Quiero — balbuceo, deseosa.

—Bien, porque ahora te vamos a castigar por dejarnos y hacernos pasar unos horribles días.

AstridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora