Capítulo 9.

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Siento mucho calor, trató de moverme pero dos brazos me lo impiden. Alarmada abro mis ojos rápidamente, veo que de mí lado izquierdo está Alex durmiendo y del otro lado Axel.

<<¿No se suponía que era mí habitación?>>

Suelto un suspiro.

—Chicos. — Apoyo mis manos en sus fuertes brazos y los muevo, ambos sueltan un gruñido y siguen durmiendo como si nada — Necesito ir al baño.

—No.

—Suéltenme.

—No.

—Joder.

—La boca — me regaña dormilón Alex.

—Si me dejan ir, hago lo que ustedes quieran. ¿Hecho? — con tal de que me suelten y me dejen ir al baño.

—No tardes.

En sincronía ambos me dejan el camino libre, salgo por arriba de Álex quién está más cerca del baño. Entro al baño y hago mis necesidades, cuando ya vacíe mí interior lavo mis manos y mi rostro.

Tomo el cepillo de dientes que dejé ayer preparado.

—¡Astrid!

Pongo pasta dentífrica, ignorando sus gritos para que me vaya a costar con ellos.

—¡Estoy lavándome los dientes! — gritó, ya cansada de escucharlos.

—¡Qué gruñona! ¿Será así siempre?

—¡Te escuché, Álex!

Resuenan sus melodiosas risas, una pequeña sonrisa se forma en mí rostro haciéndome fruncir el ceño.

<<No vayas por ese camino Astrid>>

—Cinco minutos.

—¡Voy! — escupo y enjuagó mí boca.

Descalza salgo del baño y me encuentro con Alex, está con el brazo detrás de su nuca mirándome, mientras Axel está durmiendo abrazando mí almohada fuertemente.

—Hola. — sonrió acercándome a pasos lentos.

—Buenos días, hermosa.

Frente suyo me hala hacía él haciendo que cayera en su pecho, se siente duro, parece una roca.

—Hueles delicioso — balbucea escondiendo su rostro en mí cuello.

—¿Gracias?

—Quiero un beso — dice de repente sacando su cabeza de mí cuello y mirándome fijamente.

—¿Eh?

—Dijiste "Si me dejan ir, hago lo que ustedes quieran ¿Hecho?" — imita mí voz.

Suelto una risa divertida.

—Así no hablo yo.

Se encoge de hombros restándole importancia.

—Mí beso — señala su boca.

No me queda de otra que cumplir con mi palabra. Me acerco lentamente y estampo mis labios con los suyos. Sus manos firmes manos me jalaron hacia él, de alguna forma quedó sentada en su regazo. Seguimos besándonos pero más apasionado.

—Alex — jadeo al sentir como pone su mano en mí glúteo izquierdo y me presiona para que pueda sentir su miembro despierto.

—Quiero sentir tu piel con la mía — susurra con la respiración acelerada juntando nuestras frentes — que seamos uno.

AstridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora