╓ ☰Lobito feroz☰ ╖ ⚪︎Nomin⚪︎

I

Los rayos de sol entraban por aquel pequeño espacio que las cortinas no habían cubierto. La habitación levemente iluminada se encontraba en total silencio, solo se podían escuchar los pequeños y tiernos ronquidos que aquel peli azul producía. Era muy temprano aún, por lo que era normal que aún siguiera durmiendo.

Bueno, eso hacía antes de que aquel fuerte ruido se escuchara, el chico se despertó de golpe, produciendo un pequeño dolor en sus ojos debido a la luz que llegaba a sus ojos, asustado por el ruido en la planta baja, salió de la cama, colocándose sus pantuflas y saliendo a investigar qué era lo que había hecho que despertara tan temprano.

Antes de comenzar a bajar las escaleras, otro golpe lo hizo detenerse, a eso se le sumaron unos cortos pero fuertes jadeos, su miedo aumentó al saber que había alguien dentro de su casa, regresó a su habitación y tomó el bate de béisbol que guardaba por cualquier cosa.

Bajó lentamente los escalones y tomando aire y valor se acercó a la cocina, los jadeos eran más fuertes en ese lugar.

Al entrar soltó un grito, su cuerpo temblaba y no sabía cómo reaccionar, en medio del lugar se encontraba un lobo negro, recostado por completo y respirando con dificultad, su mirada no se apartaba del pobre chico asustado, a pesar de tener una herida en su costilla se encontraba alerta a cualquier cosa.

—Ay Dios mío...

Jaemin no sabía que hacer, tenía un lobo herido en su cocina pero este parecía desconfiar de él, bueno el sentimiento era mutuo, pero no podía dejarlo ahí herido.

Corriendo se dirigió a su habitación y de su closet sacó una manta, del baño sacó el botiquín de primeros auxilios que guardaba, regresó a la cocina y vió que el lobo estaba saliendo de esta, dejando pequeñas gotas de sangre sobre el suelo, su herida chorreaba, poco, pero lo hacía.

—Tranquilo... quiero ayudarte...

Se acercó con cautela al lobo en cuanto esté se sentó en una esquina de la sala de estar. Aquellos ojos amarillentos no perdían de vista cada movimiento que el humano hacía. Al final lo dejó curar su herida, gruñéndole cada que le dolía por la presión que hacía o el ardor que el desinfectante le causaba, asustando al chico, quien con leves caricias calmaba un poco al lobo.

Cuando terminó de limpiar la herida y claramente sacar la pequeña bala que había provocado esta, vendó al lobito, lo dejó descansar sobre su sofá y sobre la manta que había traído. Regresó a la cocina y comenzó a limpiar el rastro de sangre seca que el animal había dejado, notando que su puerta trasera estaba abierta.

—Así que así fue como entraste...— aquello lo susurró, cerrando la puerta y terminando de limpiar.

—¿Tienes hambre?— Jaemin se acercó nuevamente al animal que descansaba en su sofá, este levantó sus orejas y miró, sin levantar su cabeza, al chico que se agachó a su altura— Supongo que si, te prepararé algo y podrás descansar mejor.

Se levantó y comenzó a preparar un poco de carne que tenía en su congelador, lo coció un poco y después lo sirvió en un plato, sirviendo agua en otro plato y llevarlos frente al animal herido.

Este comenzó a comer rápidamente, Jaemin por otro lado, dejó al animal comiendo y se dirigió a su habitación, tomó ropa cómoda y entró a su baño, se daría una ducha para relajar sus músculos, seguía tenso por la presencia de aquel animal salvaje en su casa, su padre le advirtió que vivir en el bosque no era una buena idea sabiendo que habían animales cerca. Pero como es Na Jaemin, hizo caso omiso y se mudó de todas formas, ahora tenía un gran lobo negro, herido y comiendo sobre su sofá.

—Solo me pasan estas cosas a mi...

Bienvenidos, espero les guste esto y me apoyen con sus comentarios lindos y sus votos.

Me despido UwU

➳Dan