Un nuevo ciclo.

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Alastor había despertado y pudo ver que Charlie seguía durmiendo plácidamente con su cabeza y una de sus manos recargadas en su pecho mientras él la rodeaba con uno de sus brazos.

El Demonio Radio recordaba lo sucedido la noche anterior y fuera de la impresión inicial de su propio actuar, ahora sonreía con satisfacción por lo que estaba logrando. Con cuidado de no despertar a la rubia se levantó de la cama y salió de la habitación para dirigirse a la suya. Umbra al escuchar los pasos de su amo regresó a él. En su habitación, Alastor tomó un baño rápido mientras se mentalizaba para lo que venía.

Por su parte, Charlie despertó y de inmediato sintió la ausencia del Demonio Radio, estaba por entristecerse al creer que Alastor la había dejado en algún momento de la noche o incluso en cuanto la vio caer dormida, pero, al notar el calor en el lugar que Alastor había estado y que su aroma todavía seguía presente, concluyó que el demonio llevaba poco de haberse retirado.

Era una lástima, le habría encantado haber despertado con él a su lado pero, seguramente Alastor ya se estaba preparando para ese nuevo día en el hotel, sobre todo tratándose del día del exterminio y que el hotel estaba ocupado muy por encima de su capacidad.

La mañana era tranquila. El caos de Ciudad Pentagrama era menor que en la noche, aunque eso no significaba que el exterminio no estuviera ocurriendo. Se desperezó y salió de su cama, había dormido con su ropa de trabajo y necesitaba tomar un baño.

Al realizar su rutina matutina, la joven súcubo bajó y se encontró con un ambiente muy diferente al día anterior. Los pecadores estaban casi en silencio, los pocos que charlaban unos con otros lo hacían casi en susurros y el ambiente se sentía pesado. Niffty, con sus ayudantes y las sombras de Alastor repartían el desayuno. Todavía era temprano por lo que Angel, Husk y Vaggie debían seguir dormidos. La princesa infernal saludó y estuvo preguntando a los pecadores si necesitaban algo, la mayoría respondía amablemente que no, otros prácticamente exigían que el bar fuera abierto pero la princesa lograba zafarse de esas situaciones incómodas. A la hora del desayuno, el staff del hotel bajó, dirigiéndose a sus respectivos lugares en el comedor, Charlie estaba por entrar al comedor cuando Alastor apareció frente a ella, dándole la espalda, la rubia llamó su atención tocándole con algo de timidez su hombro, el Demonio Radio se giró un poco y miró a la rubia quien estaba con una sonrisa nerviosa y sus mejillas sonrojadas.

Alastor se giró por completo y se dirigió a la rubia, al estar lo suficientemente cerca, se inclinó y depositó un beso en una de las mejillas de la rubia.

—Buenos días, querida —dijo antes de erguirse de nuevo para colocarse a su lado y ofrecerle su brazo.

La rubia lo aceptó gustosa y entraron juntos al comedor. Husk los miró con extrañez, más por el hecho que la princesa infernal parecía cohibida y Alastor, en cambio, tenía una sonrisa que el demonio felino conocía muy bien. Angel y Vaggie seguían platicando entre sí hasta que ambos notan la entrada de los demonios dirigentes del hotel. El Demonio Radio retiró la silla de la princesa para que ella pudiera sentarse y luego tomó asiento en su lugar. Niffty apareció con algunos ayudantes los cuales sirvieron el desayuno. El demonio araña se abstuvo de hacer algún comentario, moría por hacerlo pero había pasado buena parte de la noche consolando a la polilla y sabía lo afectada que estaba, Vaggie, por su parte, intentaba concentrarse en su desayuno pero no podía evitar voltear a ver en dirección hacia la rubia y el demonio carmesí.

Alastor estaba como todos los días, Charlie era quien parecía no poder despegar su vista de él. Al terminar el desayuno, los demonios integrantes del staff en lugar de iniciar con las actividades habituales, es decir, los talleres de redención, estuvieron haciendo rondas a lo largo y ancho del hotel, vigilando que las cosas no se salieran de control.

Alastor's new clothesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora