🔥C A P Í T U L O 26🔥

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El cuerpo exitado de la Bestia se pego al de una Isabels llena de adrenalina, sedienta de sus labios, de sus carisias, sedienta de tener al aristócrata solo para ella, la felicidad y el deseo de hacer su mas grande fantasía la tenían acelerada, con el corazón en la garganta y su zona v encendida como una antorcha.





Sus cuerpos pedian a gritos el unificarse, siendo un anhelo o mas bien una necesidad ambos se tornaron necesitados de sentirse vivos, Bels necesitaba sentirlo cerca al igual que Bernardo necesitaba sentirla cerca y... de una vez por todas a Bels desafío.

Ambos deprendieron las prendas de sus cuepro, Bernardo tiró de un jalon la camisa de mangas cortas mientras sus dedos se movian con gran facilidad al quitar los botones y el sosten negro que traía puesto Isabels, reflejandose ante sus ojos los enormes Pecos escondidos detrás de las prendas desajustadas, la Bestia recorrió con sus enormes manos fuertes cada zona de su anatomía haciendo que isabels soltase algunos gemidos siendose la joven exitada y caliente, Bels quitó con movimientos acelerados los pantalones semi ajustados que traía puesto la sexi Bestia los cuales se desaparecieron con el pensar. La Bestia recostó en la cama el cuerpo caliente e inerte de la joven mientras sus labios trabajaban cada espacio de su piel palida, sus besos son tiernos y delicados, su saco de musculos recto hizo contacto con el de la muchacha haciendo que la joven gimoteara al sentir su piel hacer contacto con la del tormento.


La Bestia tomó las manos de Bels para que ella rodeara la nuca am instante de no despegar una sonrisa traviesa de su rostro, sonrisa que la hace derretirse como un chocolate  bajo cien grados de calor. Bernardo se movió encima de isabels haciendo que de sus labios salieran a la superficie algunos gimoteos descontrolados los cuales hacían que Bernardo se  tornara con hambre de tenerla, aquellos gemidos también se debian a su cercania, a sus roces al no estar acostumbrada a tener contacto con nadie su gran tamaño y su cuerpo envuelto en musculos eran un ensueño algo desconocido. En el momento en que Isabels dejó salir los constantes gemidos,, Bernardo movió instantaneamente sus cadera atormentando su reputación acompañados de enormes rugidos los cuales hicieron que la jovencita se sintiera pequeña entre sus brazos.


—¡Quiero ser tuya! —replicó Bels con sus ojos cafés nublados por el deseo y la reputación entrecortada producto de la exitación, la joven no dejo de observar cada movimiento de sus musculos mientras su piel se tensaba ante su presencia.


—¡Ahh Bernardo! —Isabels gimó al encontrar el horificio tan anhelado, haciendo erizan, temblar y tensa por completo su cuerpo el cual reaccionaba considerablemente ante sus movimientos descontrolados. Los gritos se escuchan por la enorme alboca del amo como ecos que no desaparecen, sus vociferaciones de exitacion aumentaron al subir volumen a sus movimientos, sus embestidas cada vez se convertian en fuertes descargas las cuales tenían como objetivo sastifacer sus necesidades rompiendo aquella frontera que antes los limitaba y que ahora es un puente de acceso directo.



Cada vez era mas fuerte, mas punzante, cada vez destilaba deseo y enormes voltios que cruzan desde su intimidad hasta el interior de Isabels, la cual se encontraba en sudores mordiendo su labio inferior dejandose observar sus pechos tensos al igual que cada esquina de su anatomía palida, las embestidas seguían su curso y los gritos de la joven se escuchaban como notas musicales infinitas.



—Isabels.... Eres mía, solo mía y de nadie más... Te amo... Así ....muevete así—sus rugidos se tornaron incoherentes argumentados en un hilo de voz mientras se aferraba al colchon y se movía cada vez más rápido, sus movimientos al paso de santiamén se convirtieron en fibras letales de cargas que desbordan pasiones enteras entre ellos.


La muchacha movió su espalda para recibir sus constantes embestidas hasta llegar a las mas profundas. La Bestia soltó varios gritos al llegar a la profundida tan deseada al instante de cambiar su posición y frotar sus enormes manos en el pequeño vientre de la muchacha convertida en un finito pozo pasión.



—¡Te amo!— Exclamó tomando decenas de bocadas de aíre, luego de abrir sus ojos anonadada ante lo que acaban de hacer. Sus cuerpos se unificaron aun más dentro del calor y el deseo absoluto de sus corazones.


La Bestia aumento las embestidas besando sus mejillas luego de mordisquear sus labios, dejando algunas marcas de chupón en su delgado cuello al mismo tiempo de llegar al limite.


Sus respiraciones se tornaron urgidas y sus cuerpos se encontraban bañados en sudor mientras las manos de Bels parpaba el saco de musculo que se encontraba a su lado, las sábanas terciopelada del tálamo de la Bestia se encontraban apiladas en el borde de la cama acompañadas de las almohadas tiradas en sus alrededores.

Ambos se observaron sudados con algunos destellos de ternura en sus miradas reflejadas sin fronteras o pudor sintiendose amados, queridos y llenos de dicha. La Bestia envolvió entre sus brazos el cuerpo desnudo de Isabels recostando su cabeza encima de sus extremidades, seguido de arropar su anatomía para así propinandole olas de calor y una enorme acogida a sus sentimientos sin necesidad de recordar los maltratos en días helados. Siendo esto días cálidos nuevos comienzos.

El Tormento Del Infierno©/Completa/✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora