Lluvias de sangre

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- Es una pena que el sol me quite esta oportunidad, espero sobrevivas seria un placer encontrarnos una segunda vez más.- Dicho esto se marchó en dirección al bosque, he dado mucho de mi y no logré acabarlo.

- ¡Onee-san!...¡ONEE-SAN!- a pesar de estar en un pésimo estado logre reconocer la voz de mi pequeña hermana.- ¡Onee-san! Por favor no te vayas, quédate a mi lado.- sus ojos estaban llenos de lagrimas y llena de desesperación por mi. No queria este final para Shinobu, ella debe tener una familia y morir hasta ser una anciana.

- Shinobu, por favor prométeme algo, promete que dejaras a los cazadores de demonios para tener una vida mejor, una familia y ser feliz.-  probablemente se negaría a mi petición pero no perdía nada intentándolo.- No quiero que mueras así.

Sus lagrimas no paraban y finalmente decidió responderme.- No puedo hacerlo después de esto, yo quiero vengarte, dime como era el demonio que te hizo esto, por favor onee-san.- Me dolía saber que ella seguiría este camino pero admiro mucho su fuerza así que inmediatamente describí a la Luna superior dos. Al terminar sentí que ya no podía estar mas en este mundo mi cuerpo era mas liviano, al abrir los ojos vi a muchos arboles de sakura y en el camino estaban mis adorados padres, corrí hacia ellos hasta finalmente sentir un cálido abrazo de ellos, al fin puedo estar en paz.

~En el templo~

Llegue a tiempo al templo, las sirvientas me avisaron que Yune se encontraba pintando en el jardín, quise verla pero fue una noche larga así que lo mejor seria hablar con ella después, al llegar a mi habitación me recosté  en el futón, escuche alguien llamando a mi puerta así que di la orden de entrar.- Al parecer llegaste de tu paseo, me gustaría preguntarte algo.-  se acerco a mi, estaba pensando en que usar una katana es algo simple, así que me gustaría luchar con unos abanicos como los tuyos.- me dedico una sonrisa.- Admiro mucho como es que combates con ellos.

-Oh Yune, como no voy a querer enseñarte, te parece si mañana empezamos el entrenamiento, pediré que te hagan unos abanicos así.- se lanzo para darme un fuerte abrazo soltando un "muchas gracias".- No es nada pequeña, por cierto dime que haz pintado en esta ocasión.

-Oh bueno estaba pintando el jardín ya que me parece tan lindo, me encanta mucho estar acá, esta lleno de colores. y no quiero desperdiciar nada para poder inmortalizarlo en un cuadro.- Dijo para mirarme con mucha alegría.- Bueno me retiro, debe estar muy agotado y necesita descansar.- vi como desaparecía por la puerta,  Yune es muy diferente a Jiro, es muy gentil, llena de alegría y serena al combatir, en cierta parte me provoca escalofríos inconscientes. 

Para ella no fue difícil aprende a manejar los abanicos,  era alguien que aprendía muy rápido y tenia mucha destreza aun así también aprendió usar una Katana ya que en una ocasión puede servir, en tan poco tiempo llego a darme roces pero estos se regeneraban muy rápido así que ella pensó que nunca me llegó a lastimar. Pero no se desanimó por ello y entrenaba más y más. es admirable ver como ella nunca se conforma con el fracaso. Sin duda sera alguien muy fuerte cumpliendo mas allá de las expectativas de Muzan-sama.

Los años pasaron como si fueran hojas en el viento, ella era toda una mujer de 18 años, era muy bella y seguía mostrando esa enorme sonrisa de siempre, esperábamos a que Jiro y su tutor llegarán para que puedan ir a su prueba final. Vimos como un Jiro aparecía y a su lado mi buen amigo.- Estas lista para poder luchar con los malos Yune.- Ella soltó una risa para poder responder.- Solo espero que no te dejen en el suelo, por cierto te vez genial con tu katana.

-Bien estén listo porque hoy Muzan les dará ordenes y usted tendrán que cumplir todo lo que diga. hablo Akaza-dono. 

- ¿Oíste? de nada sirve ser mayores si al final seremos solo sirvientes.- dijo con molestia, a lo que Yune se paró frente a el y le dijo algo cerca al oído.

Crossed lines [Rengoku Kyojuro] [Douma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora