De vuelta a casa

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- Danza del dragón... ¡Halo solar!- llegué a cortar tres cabezas- Creí que ya no habían más demonios.- dije para después cruzarme de brazos.

- Yo también creí eso, pero bueno que son veinte debiluchos.- dijo mientras se rascaba la cabeza.- Está bien, está bien lo siento, pero ya deja de verme así.- soltó un suspiro.- Lo importante es que hemos acabado nuestro deber y nos tomó solo una noche.- me sonrió

- Supongo que ahora tenemos que volver, realmente somos un buen dúo.- este automáticamente me dedicó una sonrisa.

- Oh si que lo somos querida, ahora supongo que tenemos que volver.- se quedó viendo un punto en el suelo, se veía algo preocupado.

- ¿Te encuentras bien? No veo que realmente estés feliz de volver.- me acerqué a él para verlo a los ojos.

- Simplemente me preocupa el templo y hace mucho tiempo que no he comido.- entendía perfectamente como se sentía.

- Tranquilo, los chicos del templo tienen todo bajo control, tú mas que nadie sabe lo eficientes que son y sobre tu hambre, tenemos que ir rápido para que Tamayo te pueda dar algo de sangre.

- No creo que tenga la fuerza suficiente para poder caminar.- estaba a punto de caerse y fui rápido hacia él para atraparlo. A comparación mía pesaba mucho, trate de sentarlo junto a un árbol y pensar en una solución o el sol acabaría con él.

- Tengo una idea.- me arrodillé frente a él y empecé a desabrochar el uniforme y también la blusa.

- No creo tener fuerzas para ello Yune-chan, aun así gracias por una buena despedida cariño.- a pesar del pésimo estado que se encontraba mostraba una sonrisa pícara.

- No sé qué cosas perversas pasan por tu mente Douma.- dije para dale palmaditas en la cabeza.- ahora come un poco de mi.- deje a su vista mi hombro.

- ¿Estás segura? Creo que aun puedo caminar unos kilómetros más.- trató de parase pero lo detuve.

- Estas en una pésima condición y no te preocupes por mi, yo estaré dispuesta a lo que sea para que estés bien.- al parecer no se veía muy convencido.

Su mano se posó en mi cuello halándome hacia él, poco a poco su boca iba en dirección a mi cuello. Sentí su respiración en mi piel provocando que me estremeciera y finalmente sus dientes perforaron mi carne delicadamente, haciendo que algo escapara de mis labios. Con su mano libre tomó mi cintura para acercarme más a su frio cuerpo, su respiración ahora estaba agitada y por algún motivo estaba desesperado. Sus manos hacían más presión en mi cuerpo, hasta que después de unos minutos se separó de mi.

- Realmente eres exquisita en todo aspecto cariño.- una enorme y sangrienta sonrisa estaba en su rostro.- Por ahora creo que es suficiente.- empezó abrochar mi blusa y el uniforme.- Muchas gracias por el desayuno.- saqué un pañuelo para poder limpiar la sangre de la boca.

Descansamos un rato para después ponernos de pie y seguir caminando.- Falta una hora para llegar, creo que podemos lograr llegar.- Él se encontraba mejor pero aun así caminaba apoyado de mi, espero que Tamayo pueda ayudarlo. Pasó media hora y llegamos al fin a la finca, al parecer dos personas estaban esperándonos, al ver el estado de Douma corrieron para ayudarlo.

- ¿Qué es lo que pasó? Es imposible que él venga lastimado.- Tamayo estaba algo intrigada mientras que Yushiro me ayudo a llevarlo.

- No ha comido durante muchos meses, es por eso que está en este estado.

- Ya veo, tenemos algunas bolsas de sangre aun, vayan a su habitación y enseguida iré.- Asentí y los tres fuimos a donde nos mandaron.

- Vaya grandulón por poco te ibas junto con tus colegas.- lo fulminé con la mirada.- ¿Qué?

Crossed lines [Rengoku Kyojuro] [Douma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora