Nueve

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Min Yoongi

- Tu padre está muy molesto... ¡Habías dicho que no volverías con esas personas! ¿Que tienes en la cabeza?-

Se me ocurrieron varias respuesta que le podía dar a mi madre pero me quedé callado. Mire mis nudillos, había sangre seca, igual que en mi cara y en mi uniforme.
Esta vez no había sido mi culpa pero cualquier explicación que diera les importaría una mierda.

Ni siquiera recuerdo cómo comenzó todo... ¡Ah sí! Iban por mi amigo Kihyun pero el huyó, justo hacia donde yo estaba, acompañando por otros estudiantes del instituto. Solo me defendí pero ya han sido demasiadas las veces en las que había estado del otro lado que no me creían el papel de víctima.
Uno de los hijos de puta, rompió mis partituras...

Hacia meses que no daba un puñetazo, menos que alguien me rompieran la boca.
Todavía sentía el sabor de la sangre... de nuevo me sentí el bravucón de mierda como me llaman en la escuela.

- Era tu última oportunidad, ya no puedo hacer nada.- mi madre dejo unos papeles sobre la mesa y alcance a leer la primera línea.

- ¿Van a transferirme?-

- Irás al instituto donde está tu hermano para tu último año.-

- Pero van a darme una beca...-

- Olvídate de la beca.-

Apreté los puños.
Mi música.

- Yoongi, no importa lo bueno que seas, tu comportamiento no es aceptable ¡No van a admitirte de nuevo! ¡Ya no! y tu padre no quiere seguir gastando más en ti. Apenas y permitieron que terminaras el año... era tu última oportunidad.-

Mi música.

-  No... no pueden quitarme eso.- dije muy apenas.

- Ya no hay vuelta atrás, tal vez así entiendas que todo lo que haces tiene consecuencias.-

- ¿Consecuencias?- me reí.

Me puse de pie y salí de mi casa, entre los gritos de mi madre, exigiendo que le dijera a dónde iba. Camine bastante rato, con cada paso que daba hacia la casa azul, la ira me invadía cada vez más.

Intente... de verdad intente ser "un buen hijo" me había alejado de los problemas...
No lo hice por mi madre, mucho menos por mi padre, a el nada de lo que yo hacía bien le importaba... solo me miraba cuando tenía que regañarme o castigarme por algo.

Había cambiado por esa beca, lo hice por mi música.
Ahora ya no tenía nada...

Llegue a la casa azul. Era un lugar que conocía bien, busque en diferentes puntos, cosas que solíamos esconder en caso de que alguien nos siguiera para tener algún tipo de ventaja.
Encontré la pesada barra de fierro que alguna vez había usado y me dirigí hacia la puerta.

Toque de manera casual, esperando encontrarme con mis "amigos".
Abrieron la puerta.

- ¡Hola, imbécil!- dije... siempre hay que ser cortés y saludar.

- ¿Que haces aquí, albino? ¿No dijiste que ya no querías tener problemas con tu mamita?-

- ¿Dónde están tu amigos?- los busque con la mirada.

- ¿Qué mierda te impor...- ya había sido demasiada plática. Empuje la puerta para entrar y le tire un golpe al brazo, pude escuchar un pequeño crujido, pero no puedo asegurar que estuviera roto.
Después fui contra su rodilla, esa si se rompió.

- Estamos a mano, hijo de puta.- le susurré al oído.

El grito que soltó puso alerta a los otros dos imbéciles, que salieron de la habitación del fondo.

Miss Wrong [myg] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora