Capítulo 29

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– Si no estabas celoso... Dime, ¿por qué actuaste así? – Pregunte sabiendo la respuesta

–Porque...– Se quedó sin palabras, perdiéndose en sus pensamientos.

–Responde–Subí la mirada sonriendo ya que por primera vez lo note verdaderamente nervioso después de mirar directamente sus hermosos ojos color gris azulado –Si no eran celos ¿qué era? – De un momento a otro termine debajo suyo.

–No me provoques Erwin, en este tipo de juegos siempre saldrás perdiendo ante mí– Tomó mis manos y las coloco a los costados de la cama impidiendo que pueda moverme libremente.

–No siempre...– Levante mi rostro para tomar sus labios aprovechando que se encontraba muy cerca –Vez...– Dije apoyándome en la almohada intentando calmar mi respiración.

–Idiota– Se levantó de mí y me aventó mi camisa –Apresúrate– Dijo pasándome mis botas –Entra y dúchate– Señalo el baño.

– ¿En serio? – Pregunte sin creerlo.

–Sí– Vino hacia mí y tomó mi mano –Vamos idiota– Me jalo con él hasta que ingrese al baño –Suéltame– Pidió apretando mi mano.

– ¿No te ducharas conmigo? – Pregunte jugando.

–No, ahora suéltame– Pidió civilizadamente, esto me daba un mal presentimiento.

– ¿Qué harás si no lo hago? – Tome su cintura con mi brazo libre y lo apegue a mí.

–Erwin... Suéltame, última oportunidad– Me quede observando su próximo movimiento para poder defenderme –Te lo dije– No sirvió de nada.

–No puedo creerlo. ¿En serio me volviste a sacar sangre? – Volvió a cabecearme.

–Te lo advertí– Con mi camisa evito que la sangre llegue y ensucie el piso –Espera que pare el sangrado y entras a ducharte– Planeaba salir, pero lo volví a detener tomando su muñeca.

–Si me dejas aquí no te lo perdonaré– Sabía que aun así saldría, pero no perdía nada con intentarlo.

–Déjame sostenerlo– Volteó y tomo mi camisa siendo ahora él quien detiene el sangrado – ¿Por qué pones esa cara? –

–Pensé que no te importaría– Lo abrace por la cintura suavemente.

–Suéltame si no quieres que te suceda lo mismo otra vez– No importa, no todas las veces lo tendré semidesnudo para mí.

–Ya me sacaste sangre ¿qué más quieres? – Pregunte acariciando su espalda cerrando mis ojos, dejándome llevar.

–Detente– Dijo agachando la mirada mientras se apoyaba en mi pecho –Erwin...– 

Por Ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora