Capítulo 51

666 60 5
                                    

– ¿Levi? – Pregunte entrando a su habitación.

–No me molestes imbécil– Sigue enojado.

–Amor... Perdón, pero tú dijiste que querías hacerlo nuevamente– Dije sentándome a su lado mientras él intentaba asfixiarse con la almohada –Vamos amor, mírame– Negó con la cabeza aún aferrado a su almohada – ¿No me miraras? – Quite la sabana que cubría su desnuda espalda para empezar a crear un camino de besos desde su cuello hasta el final de esta.

–Erwin, te mataré si no te quitas ahora mismo– Dijo aun ocultando su rostro en esa almohada.

–Valdrá la pena– Contesté subiendo en su encima, sentándome sobre su trasero, con mis manos tomé las suyas y las mantuve por encima de su cabeza antes de dejarlo reaccionar.

–Idiota ¿qué? – A penas mostro una parte de su rostro aproveche para adueñarme de su boca, a los pocos segundos comencé a forcejear con él, mientras él intentaba liberarse yo me dedicaba a devorar sus labios.

–Niega que lo disfrutaste y te libero– Reforcé mi agarre en ambas manos –O... Acepta que te encantó y bésame– Sonreí al sentir como sus dedos se entrelazaron con los míos.

–No me retes Erwin– Dijo sonriendo, su voz daba miedo, sin incluir la mirada que me dio.

– ¿Qué...? ¿Cómo? – No sé qué movimientos hizo, pero de alguna manera me aplico una llave haciendo que termine debajo suyo sin poder moverme, ya que el agarre de nuestros dedos entrelazados era muy fuerte, esa era un arma de doble filo.

–Te lo dije, no te metas conmigo– Acercó su rostro al mío de una manera bastante provocativa –Me encantó lo que hicimos anoche– Susurró sobre mi oído. Mierda, es tan buen seductor...

– Eso significa que... ¿Me perdonas? – Dije sonriendo con nerviosismo.

– ¿Por qué? ¿Por no poder levantarme gracias a ti? Mi cintura y mi cadera están destrozadas idiota. ¿Por qué no me dijiste que cargabas ese calibre en tu pantalón? – Me sonroje al escuchar todo eso viniendo de él, más al tenerlo sobre ese sector exactamente –Más te vale que te hagas responsable Smith– Unió nuestros labios después de decir esa frase que me dejo pensando... ¿Hacerme responsable?

–Si me responsabilizó por dejarte en ese estado me perdonaras ¿totalmente? – Pregunte aprovechando que cortamos el beso por falta de aire.

–Tal vez, pero primero quiero que me hagas olvidar el dolor en mi cintura– Dijo apoyándose sobre mi pecho soltando nuestras manos entrelazadas para acomodarlas en mi cuello.

– ¿Cómo? – Pregunte besando su frente.

–Quédate así... Tu calor corporal logra calmar cualquier malestar en mí– Dios... Es tan tierno cuando se lo propone –Y bésame– Y tan insaciable a la vez.

Por Ti...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora