Jo & Laurie [Terminada]

40. Laurie

Narrado por Laurie:

¿Jo está sintiendo lo mismo?

Ya te rechazó una vez, me digo a mi mismo.

Extraño esos momentos de nuestra infancia en los que sólo éramos Jo y Laurie, los cómplices. Pero incluso en ese instante quería algo más, con ella.

Una parte de mí murió ese día, cuando ella dijo que no. Estuve enojado con ella, pero no dejé de amarla, después de todo, ella no pudo evitar lo que sentía, más bien lo que no sentía por mí. Así como yo tampoco pude evitarlo.

"Te he amado desde que te conocí Jo, no pude evitarlo".

Ya debí haberlo superado. Hace tiempo. Pero, es que cada vez que la veo, se detiene mi corazón.

Amy es hermosa, refinada, sofisticada, siempre ha sabido comportarse como una dama. Los ojos de Amy son de un azul intenso, pero los de Jo son de un atractivo marrón, cálido como el fuego, que invitan a acercarse. Los labios de Amy son tan bellos y delicados, pero los de Jo siempre están en movimiento: hablando, sonriendo, haciendo pucheros, riendo.

Cuando regresaba a la casa por feriados y vacaciones, todos mis amigos caían como moscas rendidos ante la belleza y modos de la querida Amy, pero era Jo a quien yo amaba sin importar cuan hermosa fuera la chica que tenía delante.

Pero fue Amy quien me rescató, ella estuvo ahí para mí cuando me sentía más solo, cuando estuve a punto de romperme, ella fue quien me ayudó en mis momentos más oscuros. Ella me mantuvo con los pies en la tierra y me amaba a pesar que sabía que mi corazón le pertenecía a alguien más. Por eso siempre estaré en deuda con ella, pero no puedes casarte con alguien por mero agradecimiento.

Crecí en un entorno elegante, sin embargo nunca me gustaron las mujeres "llamativas, aparatosas y ordinarias" cuando Meg fue a la mansión de Annie Moffat, y la vi tan ataviada, me preguntó si me gustaba como se veía, admito que fui grosero, pero le dije "No me gusta lo llamativo y ordinario" Y era verdad, me llamaban la atención muchas chicas "aparatosas, atractivas" pero no para algo... serio. Tal vez la razón sea porque Jo fue la primera chica que ame, antes de poder formarme un criterio de "como me gustaban las chicas", o tal vez es porque no hay un tipo de chicas que me gusten, porque sólo me gusta una.

Jo, Jo. Mi Jo.

Hoy es su cumpleaños y espero pasar si no toda, buena parte de la noche con ella. Sé donde estará, en los sillones de la recepción, he notado que en los últimos días le ha gustado escribir ahí. Además, tenemos que hablar.

Bajo las escaleras y la veo de pie, con sus brazos alrededor de su cuerpo, comienzo a caminar hacia ella cuando noto que no está sola. Está con el Profesor Bhaer, riendo, pero la broma no es graciosa, al menos para mí. Se ríe de una manera tan natural, típica de ella, así solía reír conmigo. Entonces la veo tocar cariñosamente el antebrazo del profesor, como si estuviera bien familiarizada con hacerlo.

Soy un tonto. Es decir, fui rechazado una vez. ¿Cómo pude ser tan ingenuo? ¿Qué me hizo creer que las cosas habían cambiado? Quiero decir, ¿Qué esperaba? Que al regresar a Concord comprometido con Amy, Jo se enamorara mágicamente de mí. No es que me hubiera comprometido para darle celos o algo así, de hecho la probabilidad de que se hubiera puesto celosa es nula. Una vez dijo que no, probablemente lo volvería a hacer.

No quiero seguir viéndolos, no quiero ver como mi mejor amiga de la infancia, la chica de quien me enamoré perdidamente flirtea con alguien más, no es que lo hiciera conmigo claro. ¡Pero que tonto he sido!