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Alzó sus brazos en el aire, poniéndolos en la posición perfecta para poder ver sus muñecas.

Tenía unas curitas de Hello Kitty pegadas a su piel malherida, fue por Hyunjae que las tenía, en un principio él quería ponerle unas gasas, pero Hyunjoon se negó. Y llegaron al acuerdo que serían curitas. Se sorprendió un poco cuando el mayor llegó con esas curitas, incluso se sonrojó, porque se sintió como un niño pequeño otra vez, ese al que debían darle curitas de dibujitos para que dejara de llorar por haberse lastimado. Aunque, claro, él no se había lastimado, a él lo habían lastimado.

Era de noche ya, podía oír a sus hyungs quejándose porque los otros menores no ayudaban a preparar la cena y a Eric replicando que ellos hacian el trabajo más difícil que era limpiar, secar y guardar los platos.

Aún no había hablado con nadie sobre lo sucedido la noche anterior, ni siquiera con Jaehyun. Pero no era por no tenerle confianza, era porque se sentía un niñato tonto y miedoso. En un momento pensó que no lo era, porque estaba completamente seguro que lo que vió fue real, sus rasguños en las muñecas se lo aseguraban. Ahora la pregunta era, ¿cómo iba a demostrarles a todos que vió un jodido fantasma y seguramente fue el causante de los rasguños en su muñeca?

— Toc, toc. —Heo movió su mirada de sus brazos hacia la puerta de la habitación, encontrándose con un Younghoon parado allí y un plato lleno de comida en sus manos—. ¿Puedo pasar?

Asintió con su cabeza, sentándose sobre la cama. Tampoco había tenido la valentía de volver a su cama, la noche anterior tuvo que dormir junto a Hyunjae en su cama porque no podía dormir y no lo hizo hasta que el mayor lo acurrucó entre sus brazos y le cantó una canción en susurros para no molestar a los otros dos que dormían en la misma habitación que ellos.

— Jaehyun me contó sobre anoche. —le dijo Younghoon, tendiéndole el plato de comida.

— Era obvio. —murmuró, rechazando la comida que le estaba dando. Kim dejó el plato sobre la mesa de luz, tomando asiento también en la cama—. No quiero hablarlo, hyung.

— Bien, entonces déjame contarte cómo estuvo mi día hoy. —el peligris alzó su ceja, ¿Younghoon había salido a alguna parte y si ellos? Mejor dicho, ¿sin él?—. Empezando en la mañana cuando fui a darme una ducha, me encontré a Sunwoo en el pasillo y ¿sabes lo que me dijo? —el menor negó con su cabeza en negativa y Younghoon se inclinó, señalando con sus manos para que él lo hiciera también, por supuesto el menor lo imitó—. Me dijo que Hak es un pesado. Y también me dijo que Chanhee se vería más bonito conmigo que con Changmin.

— ¡¿Qué?! —chilló, abriendo sus ojos en sorpresa—. Eso es increíble, hyung.

— Pues es verdad, ¿no has notado extraño a Sunwoo?

— Um.. sí, un poco.

— Bueno.. más tarde conocí a un chico de sonrisa bonita que al parecer es la nueva conquista de Sangyeon. —Hyunjoon abrió su boca de la sorpresa, su hyung buscando conquistar a alguien no era algo de todos los días—. Y luego.. vi un fantasma de un niño. Así que no eres especial como crees. —le dijo, en un tono burlón. Esperaba recibir una respuesta parecida pero no fue así.

— ¿Qué...?

— Resulta que tocaron el timbre en la mañana, justo después de que Sangyeon y Ten, el chico de su cita, se marcharon. Cuando abrí había un niño, lo invité a pasar y le preparé una chocolatada.

— Espere hyung.. ¿Lo invitó a pasar?

— ¿Sí..? —respondió, o más bien fue como una pregunta.

— ¡Hyung! ¿Acaso no vió Anabelle tres? ¡Esa parte donde una niña aparece en la puerta diciendo que quería jugar con la muñeca!

— ¡El niño no se veía como un demonio, Hyunjoon! ¡Te juro hasta se veía adorable!

OUIJA.          the boyz, hyunjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora