OUIJA. the boyz, hyunjun

capítulo especial

capítulo especial bastante larguito en agradecimiento por las más de 12k de leídas<33

Corrían los años 1983 cuando aquella trágica historia sucedió.

Taeyoung no era un niño de siete años normal, ese que comenzaba su primer año de la escuela primaria o el que iba acompañado por sus padres a algún parque donde conocería a niños que se volverían sus amiguitos.

A tan corta edad su madre comenzó a hablarle sobre un señor Oscuro que le podía cumplir todos sus deseos, ¡hasta el conocer a ese superhéroe que estaba en sus cómics! Y él era tan pequeñito, tan inocente, que no entendía que su madre estaba llevándolo por un camino que ninguna otra madre jamás podría dirigir a sus hijos.

Taeyoung no conoció a su padre, su madre le decía que era un tipo malo que los abandonó desde el principio de su embarazo. Por ende, no conocía lo que era tener una figura paterna. Solo eran él y su mami.

Además, tampoco es como si la mujer fuese tan cariñosa como él solía notar en otras mamis con sus hijitos cuando pasaban por enfrente de su ventana yendo hacia el parque por ahí cerca.

El día en que todo sucedió, Taeyoung se había escapado de casa aprovechando que su mami había ido en búsqueda de unas cosas para alabar a su señor. Y caminó tan rápido como sus piernitas cortas se lo permitían, dirigiéndose hacia el parque donde estaba repleto de personas, lo cual hizo que sus ojitos brillaran en emoción.

Habían muchos niños por aquí y por allá, corriendo hacia todas partes completamente llenos de energía. Y Taeyoung, sonriendo con emoción, corrió también hacia los juegos de la plaza.

Mientras estaba en uno de los columpios, meciéndose de forma lenta, sus ojitos se fijaron en un niño que traía un cono de helado en sus manos. Lamiendo su labio inferior, se bajó de su lugar, acercándose despacito hacia el niño que era unos centímetros más pequeñito que él.

— ¿Está rico? —le preguntó, posando sus bracitos en su espalda y meciéndose en sus propios piecitos. El niño, contento, asintió en su dirección—. ¿Puedes darme?

La mirada del niño se volvió recelosa, alejó un poquito el helado entre sus manos y negó. Taeyoung puchereó.

— No, es mío.

Frunciendo su ceño y deteniendo cualquier movimiento, Taeyoung se adelantó unos pasos, intimidando al niño más pequeño.

Alzando su manita, Taeyoung golpeó la mejilla rellena del niño, haciéndole tirar el helado en la arena del lugar. El llanto del otro niño no tardó en llegar, pero no se detuvo por eso. Dándole un empujón, logró que cayera sentado al suelo, se subió encima suyo y volvió a darle una bofetada. Riéndose un poquito mientras oía los sollozos del pobre niño debajo suyo.

— El señor Oscuro va a perseguirte porque me hablaste malito —dijo, dándole un golpe más.

Una de las tantas cosas que su madre le repetía era que si alguien, quién fuese, era malo con él entonces el señor Oscuro lo castigaría. Siempre y cuando le mostrara devoción.

Cuando pretendía tirarle arena en los ojos, Taeyoung fue separado por el adulto padre del niño.

— ¡¿Qué crees que haces, niñato imbécil?! —le gritó, dándole un empujón.

El niño de siete años miró con miedo como el adulto le gritaba repetidas veces, en frente de todo el mundo, mientras el llanto del otro niño se oía de fondo.