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— ¿Cob?

El mencionado alzó su mirada, no quería ver nada más que el vaso de café en sus manos. Y, es que, si lo hacia, si miraba a su alrededor, podría ver las almas en pena que caminaban por el hospital. Por eso mismo odiaba estar en ese lugar, se sentía abrumado con todas esas emociones que no eran suyas, por ver a personas que no podían tener un descanso tranquilo.

Kevin suspiró, arrodillándose frente a él. Le dedicó una pequeña sonrisa que buscaba darle calma.

— Vayamos a dar un paseo, ¿si? Podemos volver cuando Chanhee despierte, el doctor dijo que podría tardar. —los ojitos marrones de Jacob comenzaron a cristalizarse, se sentía culpable, Kevin lo sabía, sin embargo él no tenía la culpa de lo sucedido—. Y si despierta y no estás con él estoy seguro que lo entenderá, no querrá tenerte aquí sabiendo lo mal que te hace. —Jacob abrió su boca, queriendo negarse, era su mejor amigo, debía estar ahí con él, pero estaba sintiéndose asfixiado en el lugar y Kevin lo sabía—. Por favor..

El mayor terminó por asentir con su cabeza, dejando al otro guiarlo fuera del hospital.

Por otro lado estaba Younghoon, mirando fijamente la puerta de la habitación donde Chanhee estaba desde su asiento en la sala de espera. Él también quería estar al lado de Choi, quería tomar su mano y ser el primero en verlo despertar. Pero sabía que ese no era su lugar, mucho menos quería entrar y estar junto a Changmin en un silencio incómodo.

Tenía en claro que él fue el causante de la pelea de los dos aunque no lo hubieran dicho, no quería entrometerse más entre los dos menores.

Además, no es como si Chanhee quisiera tenerlo ahí, lo detestaba por completo y Younghoon lo entendía, siempre se comportó como un imbécil con él, creyéndose el mejor porque sabía que a Choi le gustaba y le perdonaría cualquier cosa con tal de no alejarlo. Al final terminó por perderlo con sus estupideces.

Y pese a costarle admitirlo, Chanhee se veía mucho mejor con Changmin.

— ¿Dónde fue Jacob? —sus ojos se movieron hacia la persona que le habló, se veía incluso peor de lo que seguramente estaba él, sus ojos estaban rojizos al igual que su nariz y traía una expresión cansada.

— Fue a despejarse un poco con Kevin. —respondió, bajando su mirada.

— Chanhee despertó por si quieres entrar a verlo.

— Estoy bien aquí.

— Younghoon, no te comportes como un imbécil ahora. Mueres de ganas de verlo y yo no soy nadie para impedir que lo hagas —Changmin se quedó un momento en silencio, Younghoon creyó que se había marchado, sin embargo cuando alzó la mirada el menor seguía ahí—. Así que levanta tu puto trasero y entra o te llevaré yo mismo de los pelos.

Kim suspiró, levantándose de su lugar. Changmin alzó su cabeza mirándolo con los brazos cruzados y luego se giró hacia la habitación. Notó que al parecer era el único que no había entrado a ver a Chanhee pues todos estaban dentro de la habitación.

— Me debes cinco dólares —le dijo Changmin a Chanhee, éste último soltó una grosería baja.

— ¿Acaban de apostar si entraba o no? —Cuestionó, frunciendo sus cejas. Hyunjoon que estaba sentado a un costado de todos soltó una risita baja.

— Sí y me hiciste perder cinco dólares, imbécil —se quejó Chanhee, puchereando.

— Jacob creo que solo fue un accidente, tal vez resbaló con el jabón, no lo sé —Kevin hablaba rápidamente, siguiendo al rubio que estaba decidido a averiguar qué rayos sucedió en ese baño

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— Jacob creo que solo fue un accidente, tal vez resbaló con el jabón, no lo sé —Kevin hablaba rápidamente, siguiendo al rubio que estaba decidido a averiguar qué rayos sucedió en ese baño.

— Y yo te digo que no fue un accidente, ¿no oíste a Changmin? Estaba en el aire, Kevin. Un jabón no puede hacerlo volar.

— ¡En Harry Potter sí! —exclamó alzando sus brazos. Jacob le dedicó una mirada seria que lo hizo bajarlos de inmediato.

— No estamos en Harry Potter —entonces volvió su mirada hacia el lugar, deteniéndose en la vieja tabla de madera. Se encaminó hacia ella bajo la mirada confundida del pelinegro.

— ¿Qué buscamos exactamente?

— Esto. —Jacob sacó el apuntador del estante donde todos los juegos de mesa estaban, incluyendo la tabla de ouija con la cuál sus amigos jugaron el primer día—. Mi abuela una vez me dijo que se puede ver si hay un fantasma que no se deja ver a través de esto. Pero para eso necesitamos..

— ¿Necesitamos qué?

Jacob se quedó viendo el apuntador, con duda. Su abuela también le dijo que nunca jugara ni a ese juego ni a ningún otro que incluyera llamar espíritus, por lo menos no si no estaba con alguien que pudiera controlar bien la situación. Y era claro que ni él ni Kevin podrían hacerlo. A él seguían asustandole los espíritus, se decía a sí mismo que mientras más alejado de ellos estuviera sería mejor, incluso hasta cuando creía eso era imposible.

— ¿Los chicos dijeron que se despidieron, verdad? ¿Cerraron el portal?

— No lo sé.. no hablaron de ello.

Jacob gruñó, caminando de manera apresurada hacia los pasillos, apretando fuerte el apuntador en su mano. Podía intentar ver aunque no jugase, no perdía nada si lo intentaba.

Aún sentía en su cuerpo la angustia, el miedo y la desesperación cuando el grito de Changmin resonó por toda la casa, cuando descubrieron a su mejor amigo tirado en la ducha perdiendo sangre e inconciente. Había quedado incluso la sangre, –que perdió Chanhee cuando se cayó–, en la ducha porque una vez la ambulancia se lo llevó todos fueron detrás de ésta.

No sentía absolutamente nada en el lugar, no habían sensaciones extrañas, nada.

— Disculpen...

— ¡Mamá! —Kevin corrió dentro del baño mientras gritaba tal como lo harían en las películas de terror, escondiéndose detrás de Jacob completamente muerto del susto. El mayor lo empujó intentando separarlo pero Kevin se aferró a su cuerpo, rodó sus ojos volteandose para ver al chico que atendía en el supermercado.

¿Qué hacía él ahí?

— ¿Ten? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? —Jacob preguntó rápidamente, luchando contra los brazos de Moon que rodeaban su cintura.

— Hola —el tailandés sonrió con pena, jugando un poco con sus manos—. Sangyeon y yo teníamos una cita hoy y... él no llegó, me dijo que estaban quedándose aquí por lo que pensé que estaría bien si venía, tal vez le sucedió algo, no lo sé... Entonces cuando llegué la puerta estaba abierta y ¡juro golpeé! Pero nadie apareció, así que entré. Lo siento si los asusté.

— Está bien, no importa.

— ¡Por supuesto que no importa! ¡Claro que no importa el hecho de que casi me muero de un paro cardíaco! ¡No, no importa! —ironizó Kevin.

— Realmente lo siento, no fue mi intención.

— Solo ignoralo, está exagerando.

— ¡No exagero! ¡Luego serás el primero en llorarme cuando esté en un cajón! —Jacob le dedicó una sonrisa a Ten antes de voltearse rápido, quitando los brazos del otro para golpearle el brazo.

— ¡No digas esas cosas, idiota! ¡Imbécil! ¡Estúpido!

Después de una sesión de golpes, –por supuesto no tan fuertes–, de parte de Jacob hacia Kevin y quejas de parte del menor porque según él le dolía, los tres salieron del baño.

Jacob estaba sirviendo agua caliente en una taza para prepararle un té a Chittaphon hasta que su mirada se distrajó en el camino hacia el living. Su piel erizandose por completo mientras sus ojos se encontraban, era lo único que se mantenía en perfectas condiciones a excepción del uniforme que llevaba. Sentía una desesperación y el miedo a morir que claramente no era sentimiento suyo.

Los ojos marrones de Jacob rocorrieron el rostro del hombre, la piel quemada en todos los ángulos, no tenía cabello, ni siquiera tenía cejas u pestañas, pareciera que éstas se quemaron junto a la piel.

Jacob creyó por un momento que no era un espíritu malvado, porque existían muchos que no lo eran, pero en un momento sintió una tristeza comenzando a transformarse en furia, una furia horrible.

OUIJA.          the boyz, hyunjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora