Me ama

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Narradora:

¿Y ahora qué le pasa a este? Es totalmente un idiota. Sí, eso era lo que pensaba Emma.

A ella le asustó encontrar la nota, ya que, en toda la semana Víctor no la buscó ni le habló.

Esto es tan tonto- pensó Emma.

Terminó de hacer su tarea de matemáticas y de química. Bajó a la cocina y abrió al refrigerador, sacó la botella de leche y se sirvió en un vaso.
Empezó a beber de su leche cuando de repente tocaron el timbre de su casa.

Emma fue corriendo y al abrir vio a Iván.

-Hola Emma- dijo sonriéndole.

-Hola Iván- habló sorprendida.

-¿Puedo pasar?- preguntó él con una sonrisa muy tierna.

-Claro, pasa- dijo Emma haciéndose a un lado para que Iván pasara.

-¿Y cómo estás?- preguntó un poco nervioso.

-Bien, ¿y tú? Te noto algo raro- dijo Emma mirándolo fijamente.

-Bueno es que... es que no sé...- dijo tartamudeando.

-¿No sabes qué?- preguntó algo curiosa.

-Bueno es que ya... ya vamos a cumplir un mes de... de novios y te quería decir que mañana que es nuestro aniversario si quisieras ir a una cita conmigo- dijo nervioso y a las vez poniéndose rojo.

Eso lo hacía demasiado tierno para Emma.

-Claro... claro, me encantaría -respondió mirándolo tiernamente.

A Emma esto le parecía lo más hermoso que nunca antes pudiera ver, nadie le habría dicho eso en su vida.

-¿Sabes una cosa, Emma?- preguntó agarrándole la mano, haciendo que ella se pusiera más nerviosa de lo normal.

-¿Qué?- preguntó ella sonrojándose.

-Que cada día me estoy enamorando más de ti- dijo mirando los hermosos ojos color azul de Emma.

-Yo igual Iván, cada día me enamoro más de ti- se acercó a él.

-Te... te amo- dijo él dándole un beso en los labios.

Era un beso especial para los dos.

-Yo también- dijo después del beso.

Después de eso se dieron un largo abrazo, uno que demostraba todo ese amor que se tenían mutuamente.

-Bueno Emma, me tengo que ir- dijo con una pequeña pizca de tristeza, la verdad es que no se quería separar de ella.

-Está bien, Iván- dijo dándole un beso en la mejilla.

Emma acompañó a Iván a la puerta y la abrió, después se dieron un tierno beso e Iván se fue.

Luego de que se fuera Iván, Emma se subió a su habitación, se metió al baño y se dio una larga ducha.

Había sido un día demasiado extraño, la llegada de su mamá, luego la carta en su mochila y después Ivan invitándola a salir.
La primera cosa le puso feliz porque ya no iba a estar sola y la tercera también la había puesto feliz porque ya tenía un tiempo que no salía con Iván, pero la segunda cosa le ponía los pelos de punta.

Salió del baño y se puso su pijama.
Después se acostó en su cama y pensó en el grandioso día que iba a ser el día siguiente, y también se ponía a pensar en la carta de Victor.

Sí, aún no se lo sacaba de la cabeza.

De pronto le empezó a ganar el sueño y empezó a dormir profundamente.

Los Sueños Se Pueden CumplirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora