Los Sueños Se Pueden Cumplir

Una pequeña pelea

Narradora:

Llegó Iván y saludó a Emma con un beso, después se sentó con ella a su lado en uno de los columpios.

-¿Qué tienes, Emma?- preguntó él mientras la veía.

-Nada, en serio- ella sonrió de una manera falsa.

-¿En serio? No te creo- la vio con un poco de tristeza.

-Bueno, es que la verdad extraño un poco mi pasado- sonrió triste.

-Por lo de tus papás, ¿verdad?- preguntó viéndola a los ojos.

-Sí... bueno, pero eso no nos tiene que dar importancia ahora- dijo y sonrió para calmar la situación.

-Bueno, está bien, ¿qué quieres hacer?- la miró y sonrió.

Mientras Emma le iba a responder, llegó Víctor, este se veía que estaba enojado.

En ese momento Emma se levantó e Iván igual.

Víctor no tenía porqué enojarse si ellos dos no eran nada.

-¡Así que por eso no querías salir conmigo!- gritó Víctor.

-Yo ya te había dicho que tenía planes, además, ¿qué haces aquí?- dijo ella mientras Iván se iba enojando un poco por la escena.

-Vine por ti, no quiero que seas novia de este tipo- dijo mirando mal a Iván.

Emma le iba a responder, pero Iván la interrumpió.

-Mira idiota, ella es mi novia y podemos salir sin tu permiso, además tú no eres nada de ella- estaba enojado.

-Eso es cierto Víctor, no entiendo por qué haces esto- lo miró con algo de furia, ya la había hartado.

-Es que la verdad yo te amo- dijo él con una sonrisa sarcástica.

-¿En serio? No seas idiota, yo no creo que me ames, más bien pienso que es una maldita obsesión- dijo casi gritándole.

-Mira, ya no queremos problemas contigo, así que lárgate- dijo Iván ya desesperado de la situación.

-Me iré, pero esto no se va a quedar así, ¿entendieron?- dijo y se fue.

Era un hecho, Víctor estaba loco.

Luego de esa situación, Emma e Iván se fueron a un centro comercial no muy lejos, pero mientras estaban en el carro de Iván se sentía un silencio incómodo para los dos.

-Lo siento, ¿sabes? No me lo he quitado de encima desde la secundaria, me manda muchos emails y me llama por teléfono- dijo y lo miró con una sonrisa tímida.

-No te preocupes. Él es un idiota, pero hazme saber si te sigue molestando, ¿de acuerdo?- dijo él totalmente tranquilo.

-Está bien, gracias por comprender- dijo y sonrió.

Se paró Iván en el semáforo y le dio un beso en la mejilla.

Iván era un año más grande que Emma.

-¿Sabes? Nunca pensé que estuviéramos los dos juntos- dijo con una sonrisa.

-¿A qué te refieres?- lo vió con una sonrisa.

-Sí, nunca me había animado a hablarte, tal vez parezca que soy un chico que no le importa nada y que solo sale con chicas solo por apariencia, pero en realidad yo no soy así y ya tenía tiempo que quería invitarte a salir- dijo mientras seguía manejando.

-Eso es muy dulce y tampoco pensé que tú fueras a sentir algo por mí- dijo un poco desanimada

-¿Por qué?- preguntó.

-Porque tú eres un chico popular y eres solo un año más grande que yo, y... solo pensé que nunca me hablarías- dijo sonriendo nerviosa.

-Pero todo cambió para los dos y ahora siento que estoy mejor que antes- dijo con la sonrisa más sincera que Emma pudo ver.

-Sí, yo igual- sonrió.

Emma pensaba que era lo más dulce que alguien le había dicho en toda su vida.

Iván siguió manejando hasta llegar al centro comercial.