2. Dentro de ti- Mewgulf Terminada

Once

Mew y Gulf hablaron y disfrutaron de unos cuantos cafés más, realmente estaban muy cómodos el uno con el otro y nada vaticinaba lo que ocurrió a continuación.

...—¿Dónde has estado toda mi vida Gulf?, eres maravilloso.

Al escuchar eso, de repente el moreno  giró en su silla y lo rodeó con los brazos, acercando su cara hasta plantarle un beso apasionado en los labios al asombrado modelo

El modelo le respondió inmediatamente, por lo que ambos creyeron estar en una burbuja donde eran ellos solamente, las personas de la cafetería no existía.

No estaba el ruido, no había el tráfico, no estaba las miradas indiscretas de personas extrañas, tampoco el camarero estaba allí, tan solo estaban ellos allí, besándose y sintiendo el cálido aliento jadeante el uno del otro.

Cuando les faltó el aire rompieron el necesitado beso, separándose y volviendo a la realidad.

—Ves lo que te digo, precioso...yo jamás había sentido esto con un beso—dijo este cogiendo la mano del moreno y poniéndola sobre su prominente bulto—...te deseo y no puedo esconder lo que provocas en mi, ¿Crees que podremos ir a tu casa?.

Gulf apartó rápidamente la mano de la entrepierna de Mew y frunció el ceño molesto, luego se levantó y corrió hacia los baños dejando a este parado y sin entender nada.

Tras diez minutos de espera, el modelo empezó a preocuparse pues el moreno aún no regresaba, entonces se levantó y fue a ver que ocurría.

Cuando entró en los aseos no lo vio pero si oyó un llanto que provenía de uno de los cubículos.

—¿Gulf eres tú?, ¿estás bien?—preguntó extrañado.

El menor cesó su llanto y entonces abrió la puerta, al verlo el modelo caminó hasta él pero este se levantó y se fue hasta el lavabo para aclararse la cara y las manos.

—¿Qué ocurre?, ¿por qué lloras?.

Gulf se giró y lo miró fijamente.

—Creo que esto no va a funcionar, Mew... Es un error y debemos dejarlo aquí.

—Pe-Pero, ¿q-qué es lo que ha pa-pasado?, ¿qué he hecho pa-para que digas eso?, todo iba tan bi-bien—Preguntó el modelo asustado.

El moreno chasqueó la lengua y se cruzó de brazos.

—Tú confundes el amor con el sexo, Mew... Solo estás pensando en meterte dentro de mí y yo no buscó eso solamente... Yo busco amor de verdad y también comprensión, busco todo lo que te dije antes y si no estás dispuesto a dármelo, esto se acaba aquí.

—¿Quieres decir que no vamos a volver a acostarnos? ¿es eso?.

Este asintió volviendo a llorar.

—Oye, yo quiero estar contigo y estoy dispuesto a esperar el tiempo que tú quieras—dijo entonces Mew al verle  tan afectado—...lo siento pero cuando te dije que estaba dispuesto a todo, es porque lo estoy y si quieres esperar meses para acostarnos de nuevo, me da igual...en serio yo solo quiero estar cerca de ti... Lo de la mano ha sido feo lo sé, perdóname, yo lo hice sin pensar, solo quería que supieras lo mucho que haces temblar mi cuerpo y las sensaciones que experimenta solo contigo, de veras no pensé que te ibas a poner así, lo siento mucho—se disculpó muy apenado.

Gulf entonces vio lo mal que se sentía este y entendió que estaba haciendo un drama de un simple gesto, todo era debido a sus dudas y sus miedos.

—Debería haberte dicho lo que tenía pensado, Mew... La verdad es que no quiero sexo por ahora, nuestra relación ha empezado así y yo quiero que vaya poco a poco, día a día y que acabes enamorándote de mí como yo lo estoy de ti... Cuando los dos estemos realmente en un mismo nivel, entonces haremos el amor en toda su plenitud, no será solo sexo, ¿lo entiendes?.

Mew asintió conforme.

—Lo entiendo, precioso... Comprendo tus miedos porque fui un capullo contigo pero te prometo que he cambiado y quiero estés feliz y a gusto... Tú eres lo más importante mi vida y sin ti estoy perdido y no hallo consuelo.

Gulf sonrió y acto seguido dejó un tierno beso en la mejilla de este.

—Bueno, olvidémonos de esto, ¿Ok?

—Ok, precioso.

A eso de las once de la noche, Gulf llegó a su casa feliz pues la cita con Mew había ido muy bien después de todo.

—Hola Janis, ¿aún estás levantada?—preguntó a su hermana, la cual permanecía sentada en el sofá leyendo un libro con una copa de vino en su mano.

—Oh no, aún no...quería que me contases... Además estoy desvelada, he recibido una llamada de tu padre, al parecer quiere vernos y no sé que hacer.

—Algún día tendremos que hablar con él, se lo prometimos a mamá, ¿recuerdas?.

—Han pasado diez años, Gulf.. Tú eras un mocoso y no te enteraste de nada pero yo sí y mamá sufrió mucho, aunque delante tuya sonriera.

—Pues cuéntamelo, siempre que te he preguntado y reusas contestar, ¿por qué?, ¿qué pasó?—habló este sentándose a su lado.

—No quiero amargarte, hermano...Tú sigue viviendo en tu mundo de arco iris, no necesitas entristecer más tu vida.

—No te entiendo, Janis... siempre te pones muy rara cuando hablamos de papa y de mamá.

La chica bebió el resto de vino que quedaba en su copa y se sirvió más.

—Déjalo, no quiero hablar de ese hombre...bueno y cuéntame sobre tu cita, ¿qué tal con el imbécil del modelo?.

El moreno suspiró resignado.

—Él no es un imbécil, tan solo es un chico que no sabe amar... Jamás había querido a nadie hasta que llegué yo.

—Si tú lo dices—Esta hizo una mueca de desagrado.

—He invitado a sus amigos y a él al concierto benéfico que haremos la semana que viene, creo que esta vez si he encontrado el amor—habló muy sonriente.

—Si claro, hermano... Mira que eres ingenuo, por eso mamá nunca te dijo nada y me prohibió que te lo dijese yo... Además vas listo si crees que esos modeluchos van donar de su dinero a la Asociación.

—¿A qué te refieres?, habla claro ya, ¿Acaso te has propuesto quitarme la ilusión?

—Mira, mejor no digo nada más, estoy cansada y me voy a dormir—dijo la chica mientras se levantaba e iba tambaleándose camino a su cama.

—Está bien, hermana, vuelve a huir como siempre haces...me da igual, ¿Sabes?, estoy muy feliz y no conseguirás amargarme, ¿Me has oído?

—Si, si, si...hasta mañana, Gulf...anda y ve a dormir ya, eres una happy flower insufrible.

—Hasta mañana, mi querida y amargadísima hermana, a pesar de todo te quiero—dijo este yendo hacia su habitación para acostarse.

—Si, si, si, lo que tú digas.