2. Dentro de ti- Mewgulf Terminada

Veintiuno

Al terminar las clases de ese día en la Universidad, Gulf esperó a su hermana pues tras su conversación, del día anterior, habían quedado en que juntos irían al despacho de su padre para hablar con él.

De repente el móvil de este sonó y al ver que la llamada era de Mew, sonrió.

Lo cierto era que no le había dicho nada a Janis de lo sucedido aquella noche en la que el modelo había ido a su casa para darle el pésame pues sabía perfectamente lo que ella diría sobre eso.

...—Hola

—Hola precioso... me preguntaba si te apetecería ir al cine y a cenar, ¿qué te parece?, nada formal, sólo como amigos.

—Oh verás, hoy tengo algo importante que hacer y bueno no sé como se me presentará la noche...Además no estoy muy animado para salir—dijo este excusándose.

—Oh vaya, es una pena... bueno siento molestarte entonces, en otra ocasión será, chao.

El moreno notó la voz triste.

—Es-Espera... lo he pensado mejor y si, iré contigo.... Ven por mi a las ocho.

—Estupendo, ahí estaré —dijo el mayor entusiasmado antes de colgar.

Gulf volvió a sonreír y acto seguido colgó y guardó su móvil de nuevo en su bolsillo cuando vio el coche de su hermana pararse a su lado.

—Hola hermano, ¿que hay de esa gran sonrisa que llevas?, ¿has aprobado con matrícula algún examen o qué?.

Este se puso el cinto de seguridad tras subirse y la miró.

—Algún día te lo contaré si te portas bien—rió.

—Ja ja, he tenido un día espantoso en la oficina y para colmo tengo que verle la cara a nuestro padre...No tengo humor para tus bromas de mocoso—dijo algo molesta, mientras arrancaba el coche

—Está bien te lo diré pero promete que no me chillarás, ni me dirás que soy un estúpido o algo que se te ocurra y tenga el mismo significado—dijo este aún sonriendo.

La chica resopló y sacó sus ojos de la carretera un segundo para mirar a su hermano seriamente.

—¿Qué es lo que has hecho, Gulf?.

—Naaadaaaa...—dijo este—...es solo que esta noche saldré con... con Mew—dijo casi en un susurro esperando un grito que no se hizo esperar.

—¡¿QUEEE?!, ¡¿Acaso estás loco?!.

—Vale, ya no me chilles, ya lo sé pero lo quiero y es tan mono, el otro día vino a casa y...

—¡Definitivamente si estás loco, hermano!, ¿es qué acaso no aprendes?.

—Ya no me grites, lo sé, lo sé...

—Gulf ese tipo volverá a romperte el corazón....¿No te acostarías con él, verdad?—habló ella intentándolo hacer entender.

—Nooo..., ¿qué dices?, solo hablamos. Eso no ha cambiado, sigo pensando lo mismo.

—No quiero que sufras y ese modelo solo sabe hacerte daño.

—Tranquila Janis, ¿Vale?, ya no soy el ingenuo de antes.... Estoy aprendiendo a marchas forzadas, confía en mi.

Esta resopló y asintió.

—Está bien, confiaré en que no has perdido el juicio de nuevo por ese tipo.

Los dos hermanos llegaron a su destino poco después, entonces dejaron el coche en el aparcamiento de la empresa de su padre y entraron.

Tras decirle a la secretaria que querían verlo, esta los anunció sorprendiendo a éste, el cual salió rápidamente de su despacho muy sonriente.

—Gracias por venir hijos—dijo dándoles paso al interior.

Hacía muchos años que no entraban en aquel lugar, alguna vez su padre los había llevado de pequeños y habían corrido felices por aquellos pasillos.

Muy serios lo miraron y se sentaron, sorprendiendose mucho de ver una fotos de ellos encima de la mesa, junto a una de su otro hijo y otra de su actual esposa.

Esa fue una de las últimas fotos que se habían hecho cuando aún eran una familia unida, antes de todo, ya que su madre se la había tomado en el cumpleaños de su padre, diez años atrás.

Kong se dio cuenta de que sus hijos se habían fijado en ella.

—Me gusta mucho esa foto... parece mentira lo mayores que estáis—dijo palmeando suavemente la espalda de Gulf, antes de sentarse en su sillón.

—Papá, hemos venido a decirte que haremos las pruebas para tu hijo—dijo este cogiendo la mano de su hermana y rompiendo el hielo.

—Veo que por fin te lo ha contado todo, me alegro.. Ya era hora de que supieses lo ocurrido, no estoy orgulloso de ello pero supongo que la vida me está castigando.

—Oh ... eso tenlo por seguro—dijo Janis muy molesta sin poder contenerse más.

—Hermana, tranquila—susurró el menor acariciándole la mano—…recuerda lo que hablamos.

—Si, ya, ya...

—Bien, tú dirás papá, ¿qué tenemos que hacer?.

—Bueno, hijo pues tenéis que ir al hospital cuanto antes, en ayunas y allí os dirán el procedimiento...Os lo agradezco mucho hijos, a Kim le queda muy poco tiempo y tenemos que agotar toda las posibilidades, sois nuestra esperanza, os quiero—dijo el hombre con lágrimas en los ojos.

Janis temblaba nerviosa y se moría por decirle cuatro cosas a su padre pero por su hermano se contuvo y solo alcanzó a emitir un bufido de incredulidad.

El moreno asintió conforme y se levantó.

—Mañana estaremos allí, tranquilo.

—¿Ya os vais?, podíamos seguir hablando, hace tiempo que no nos vemos y quiero saber de vuestra vida.

—Otro día papá, hoy tenemos planes.—se despidió este tirando de su hermana pues esta no paraba de temblar conteniendo su carácter y su rabia.

Realmente estaba muy orgulloso de ella pues estaba haciendo un gran esfuerzo.

—Está bien, como queráis... Gracias de nuevo, hijos..muchas gracias.

Este asintió y salieron del despacho de su padre directos hasta su coche.

—Lo has hecho genial, hermana, estoy orgulloso de ti.

—Gracias por sacarme de allí, creí que no podría aguantarme más... Tú también has estado muy entero y firme...estoy muy orgullosa de ti, también... Sin duda estás madurando.

Se subieron al coche y esta encendió el motor.

—¿Sabes?, me muero de hambre, ¿podemos ir a tomar un helado con virutas de colores?, porfa nos lo merecemos después de esto, porfa, porfa.

—Retiro lo dicho—dijo entonces ésta mirándolo—...sigues siendo el niño consentido e infantil de siempre pero tienes razón, yo lo quiero doble.