CAPITULO 65

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He tenido días trajinados, con mi hermano me he pasado viajando en reuniones, llevando ayudas a los más necesitados, me siento feliz que las comunidades me han recibido con los brazos abiertos. Al principio sentí miedo enfrentarme a las tareas como hija de los reyes, pero con los años que llevo de experiencia en relación con la sociedad, pues me he adaptado los más rápido.

– hemos terminados nuestro compromiso mi princesa – me dice Cristofer – si - le sonrío.

Estoy cansada, deberíamos volver al hotel – le digo – nos dirigimos a los coches donde no esperaban todos los guardaespaldas.

Llegamos al hotel, pedimos la cena recargada a la habitación, decidimos quedarnos en una, ya que no me quería quedarme sola, - Cristofer se me acerca tomándome por la espalda y me da un beso en el cuello, me exalté al sentirlo, apartándome bruscamente, me dirigí al baño llevando conmigo mi pijama, me metí por una hora en la tina, necesitaba relajarme, estaba agotadísima por el día de trabajo. en mi mente rondaba el juramento que debía cumplir - casarme. Sentía miedo que mis padres se enteraran de lo que paso entre Cristofer y yo. Eso puede carrearnos graves problemas, hasta llegar a un compromiso entre nosotros, que apropósito en el reino no lo ven mal, que entre hermanos haya una boda siempre existan los sentimientos, pero ahí vamos la única persona en mi corazón, ya no podía corresponderme. Esto me tenía fuera de mi órbita.

Después de un largo baño, salí y ahí estaba mi adorado hermano tomándose una copa de vino. Se gira para observarme – me sonríe

¿Qué piensas? Le pregunto, se levanta del sillón acercándose a mí, me abraza y deposita un beso en mi mejilla. - Estas hermosa mi princesa. Dice con toda la tranquilidad, no podía negar que mi hermano era muy atractivo, con ese porte de hombre, que las mujeres babeaban verlo en las portadas de revistas.

Que acabe de recibir una llamada de mi madre y.... no están solicitando mañana a primera hora. – ¿Qué? ¿paso algo? - no se – no quiso decirme, que era un asunto para dialogar en persona.

Me soltó y se fue desvistiéndose ya que lo hacia delante de mi sin importar mi presencia, buscaba llamar mi atención, pero yo no lo miraba.

Estábamos a bordo del jet, íbamos directo casa, llegamos estaba cansada, el trabajo duro de esta semana.

¡hola madre! Me acerqué a saludar a mis padres, pero por sus caras, sentí que había pasado algo grave. – y mi mama me saludo, pero también estaba preocupada – hola familia – salud Cristofer haciendo una reverencia.

Qué bueno que ya estén acá – dijo mi padre – nos reunimos en el salón de té.

¿Qué pasa padre? Los tres no miraban y no sabían que decir – Cristofer y Franzy, ayer nos enteramos de algo que la verdad no nos esperábamos, - yo conocía los sentimientos de Cristofer hacia ti, Franzy – dijo la reina - pero no pensé, que  ustedes había llegado muy lejos – Cristofer y yo nos miramos sorprendido de lo que nos decían. - agache la mirada de la vergüenza que sentía, no sabía qué hacer, esto que había pasado entre mi hermano y yo no era culpa de los dos, nunca se nos pasó por la mente que éramos familia

Yo sé que eres una mujer con tres hijos, pero las reglas hay que cumplirse y por tales motivos ustedes dos se comprometerán al matrimonio – alcé la mirada bruscamente ¿Qué? – como oye hija, hicisteis el juramento ante las escrituras  y debes cumplirla – yo sentí que mis lágrimas iban a explotar. Me levante haciendo una reverencia y, me dirigí a mi habitación. Necesitaba desahogarme, no me dolía que me casara con él, lo que me molestaba es que era con mi hermano, que a pesar de lo que paso entre nosotros no lo amaba como hombre, por que seguía entregada en mente a Gustavo. No me iba sentir bien correspondiéndole a Cristofer después de enterarme lo que era para mí. Llore un largo tiempo hasta desahogarme. No supe en que momento me quedé dormida.  


Sentí que tocaron la puerta – pase – era mi mamá – me miraba con tristeza, cómo te sientes mi niña – la abrace con fuerza – estoy que me muero madre – lo siento mi amor, por todo esto. Los errores hay que remediarlos y ustedes  sin saber sus  orígenes, no tienen culpa de esto, pero... aquí al parecer la vida es distinta – lo se mamá –si hubiese sido adivina esto no hubiera pasado entre el y yo. – pero no lo soy.

¡mamá! Sentí que mis hijos me rodeaban – ya nos enteramos lo que pasó entre mi tío y tú – y también que se tienen que casar – los mire y les di una sonrisa.

¿Se puede? Escuchamos la voz ronca de Cristofer. Todos miramos hacia la puerta – chicos vamos que la mamá necesita espacio – les dijo mi madre llevándolos – me levanté de la cama y me dirigí al ventanal, para observar el hermoso paisaje a mi vista. – ¿Cómo está? Sentí sus cálidas manos agarrarme por los hombros – me giré para verlos a los ojos, - ¿como crees? – le dije con sarcasmo – alargó sus labios y me abrazo yo le correspondí – lo siento. Me dijo

No es solo tu culpa, también es mía, por haber permitido que esa noche pasara entre nosotros. – se separó de mi tomando mi mano y depositando un beso. Te prometo que buscaré las mejores maneras que nos llevemos bien, que te enamores de mí. – agache mi cabeza. Yo no te prometo que haga lo mismo le dije. Lo mire – lo sé – sé que en tu corazón esta él. Pero ya no hay marcha atrás. Cámbiate,  saldremos a dar una vuelta. Me hizo una reverencia y salió de mi alcoba.

LA DAMA DE WINCHESTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora