𝑫𝑨𝑼𝑮𝑯𝑻𝑬𝑹 𝑶𝑭 𝑻𝑯𝑬 𝑾𝑨𝑹 [ 𝔭𝔧 & 𝔥𝔭]

10 | Percy decides to take a bath in the underworld

lvii. percy decide darse un baño en el inframundo

Lu

DESPUÉS DE UN LARGO RATO Percy ya tenía su espada.

Aunque no era de mucha ayuda en estos momentos. Lo positivo es que ahora puede asestarles a los muros tantos manodobles como quisiera. Nuestra celda compartida no tenía barrotes ni ventanas, ni siquiera una puerta. Los guardianes-esqueletos nos empujaron directamente a través de un muro que se volvió sólido apenas cruzamos. Pensé que tal vez era una celda hermética, sin ninguna ventilación. Probablemente. Los calabozos de Hades debían estar pensados sólo para muertos y éstos no respiran. Así que mejor olvidarse de los cincuenta o sesenta años encerrados. Estaríamos muertos en cincuenta o sesenta minutos. Entretanto, si Hades no nos había mentido, se iba a activar una trampa en Nueva York al final del día. Y no podríamos impedirlo

—¿Y ahora que haremos? — pregunté preocupada. Percy se sentó en el frío suelo de piedra y lo imite

—No lo sé — me respondió de la misma manera

Nos quedamos un minuto en silencio

—Supongo que este será nuestro fin — hable con pesimismo. Pero no recibí ninguna respuesta, mire a mi amigo y compañero de celda y ya estaba dormido. Solté una pequeña risa —. Que descanses pecesito. Ha sido un largo día

Los minutos pasaron y sentía que debía hacer algo. Me levante y me puse a revisar las paredes tratando de encontrar una salida. Pero era imposible todo era sólido. No había manera de escapar

—Mierda — murmure —. Tiene que haber una maldita salida. Pero claro, somos semidioses y la suerte nunca está de nuestro lado

—Lu — dijo una voz causando que me sobresalte

—Nico — lo jale para abrazarlo —. Me alegra que estés bien

—Hay que despertar a Percy y salir de aquí — me respondió, se hacerco a él y susurro su nombre. En un abrir y Serra de ojos.

Percy había inmovilizado a Nico en el suelo de la celda y tenía la punta su espada puesta en la garganta

—¡Percy! ¡Nico!

—Yo... venía a... rescatarte — dijo Nico con voz estrangulada

—Sueltalo Perseus — le pedí

—¿Por qué deberíamos creerle? — replicó — el prácticamente nos vendió. Confiamos en el. ¿Por qué deberíamos volver a fiarnos?

—¿A lo mejor porque... no tienes... otro remedio? — farfulló

Lo soltó
Nico se retorcido hecho un ovillo emitiendo sonidos de arcadas. Ayude a ponerlo de pie en cuanto se recuperó

—Debemos salir de aquí — repitió