11 | we meet Hephaestus

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xxxv. conocemos a hefesto

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CREIA QUE LE HABÍAMOS perdido la pista a la araña cuando Tyson captó un lejano sonido metálico. Dimos unas cuantas vueltas, retrocedimos varias veces y por fin encontramos a la araña, que golpeaba una puerta de metal  con su cabecita

La puerta parecía una de aquellas anticuadas escotillas de los submarinos: con forma oval, remaches metálicos y una rueda, en lugar de un pomo, para abrirla. En cima de ella había una gran placa de latón, que el tiempo había cubierto de verdín, con una eta griega en el centro

Nos miramos unos a otros

-¿Listos para conocer a Hefesto? - dijo Grover, nervioso

-No - reconocimos Percy y yo

-¡Si! - dijo Tyson, eufórico, mientras hacia girar la rueda

En cuanto se abrió la puerta, la araña se deslizó al interior; Tyson la siguió de cerca y los demás avanzamos también, aunque con menos entusiasmo

El lugar era inmenso. Como el garaje de un mecánico, estaba lleno de elevadores hidráulicos. En algunos de ellos había coches, pero en otros se veían cosas bastante más extraña: un hippalektryon de bronce desprovisto de su cabeza de caballo y con un montón de cables colgando de su cola de gallo, un león de metal que parecía conectado a un cargador de batería, y un carro de guerra griego hecho enteramente de fuego

Había además una docena de mesas de trabajo totalmente cubiertas de artilugios de menor tamaño. Se veían muchas herramientas colgadas y cada una tenia su silueta pintada en un tablero, aunque parecía estar en su sitio. El martillo ocupaba el lugar del destornillador; la grapadora, el de la sierra de metales y así sucesivamente

Por debajo del elevador hidráulico más cercano, que sostenía un Toyota Corolla del 98, asomaban dos piernas: la mitad inferior de un tipo enorme, con unos mugrientos pantalones grises y unos zapatos incluso más grandes que los de Tyson

En una de las piernas tenía una abrazadera metálica. La araña se deslizó por debajo del coche y los martillazos se interrumpieron al instante

-Vaya, vaya - La voz retumbaba desde debajo del Corolla -. ¿Que tenemos aquí?

El mecánico salió sobre un carrito y se sentó. Llevaba un mono cubierto de grasa, con un rótulo bordado en el bolsillo de la pechera que decía 《HEFESTO》. La pierna de la abrazadera le chirriaba y daba chasquidos mientras se incorporaba y, una vez de pie, vi que el hombro izquierdo era más bajó que el derecho, de manera que parecía ladeado incluso cuando se erguía. Tenia la cabeza deformada y llena de bultos, y una permanente expresión ceñuda. Su barba negra humeaba. De vez en cuando, se le encendía en los bigotes una pequeña llamarada que acababa extendiéndose sola. Sus manos debían ser del tamaño de unos guantes de béisbol y, sin embargo, sostenían la araña con increíble delicadeza. La desarmó en dos segundos y volvió a montarla

𝑫𝑨𝑼𝑮𝑯𝑻𝑬𝑹 𝑶𝑭 𝑻𝑯𝑬 𝑾𝑨𝑹 [ 𝔭𝔧 & 𝔥𝔭] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora