Albine Snake [NorEmma AU]

Prólogo

     —¿Estás... segura de que es bueno para ti? —preguntó Oliver mirando a su prima con duda. —Es que... No sé. Hay algo en él que no me termina de inspirar confianza.

     —Son cosas de tu imaginación, Oliver. Norman siempre se ha comportado muy bien conmigo, ¡es todo un caballero! —Emma sonrió con ilusión al recordar la manera en que aquel rubio la trataba. Como toda una princesa.

     Pero su primo no mejoró su expresión. Se encogió de hombros, suspiró y dijo:

     —Pues no se comporta de la misma manera con el resto de personas. Entiendo que estén enamorados, pero... Que te trate diferente por ahora no cambia que sea una persona un tanto turbia. —dijo con seriedad. —En clases de Encantamientos es muy violento. Trata de ignorantes a aquellos que les cuesta un poco. Y bueno... fuera de esa clase es lo mismo. Él y ese amigo de él, el depresivo... Son raros, perturbadores. No son de confiar tanto. Ya sabes cómo dicen: el lobo se viste de piel de cordero.

     Emma arrugó la nariz al oír todas las cosas que su primo le estaba diciendo. Entendía que eran casi como hermanos. Ambos eran hijos únicos, y desde pequeños eran inseparables, pero esta vez no le estaba gustando la manera de actuar de Oliver. Blanqueó los ojos con un suspiró.

     —Oliver, sé que quieres lo mejor para mí... Pero te estaba contento esto para que te alegraras por mí, no para que me des una lección de quién confiar o quién no. —refunfuñó mirando el lago. 

     —Bien, entonces ignora todo lo que te digo y enfócate en que a el tío Yuugo no le gustará saber que andas de noviazgo con el hijo de James Ratri. Hombre que tu papá odia. Y que aparte va en Slytherin, otra cosa que el tío odia. ¡Wow! Fuiste a buscar un novio lo más detestable posible.

     Emma no tardó en oír las carcajadas de su primo. Quizás hablaba en serio, tal vez no. Pero el tono de burla que fue acompañado de las carcajadas de Oliver le calmó un poco. Mordió sus labios y rio junto a él.

     —Espero que su relación sea duradera y saludable, que no salgan lastimados y que sean responsables. Una relación amorosa no es un juego, Emma. Es otra más de tus responsabilidades. —la miró con severidad, y aún así acarició su cálida mano. —Y si él no te da lo mismo, pues... A otra cosa.

     Ambos sonrieron lentamente y soltaron una carcajada. Se apoyó en el hombro de su primo y recordó la galante sonrisa de Norman.

     Esperaba poder tener la relación que ella quería con él... Él no era malo. Tan solo era... un tanto egocéntrico.