Albine Snake [NorEmma AU]

Capítulo Tres

     —Así que... tienes hermanos gemelos. —Norman los miró fijamente, aún consternado por la sorpresa.

     —Pues, sí... la mayoría del tiempo trato de evitarlos, casi siempre solo me hablan para dificultarme la vida.

     —¡Eso no es verdad! —reclamó el más pequeño, aferrándose más al brazo de su hermana mayor. Entornó los ojos y miró a los dos muchachos. —¿Desde hace cuánto conocen a mi hermana?

     —Pues... desde hoy. —Ray alzó los hombros mirando a Emma. —Nos hicimos amigos en clases de Pociones.

     —Mi hermana no se hace amiga de alguien que apenas conoce. —dijo Aiden.

     —Ray me ayudó en clases, Aiden. No seas pesado. —le dio un suave coscorrón. Suspiró y vio como ambos niños no parecían querer soltar su brazo. —Oigan, quiero almorzar. Suéltenme

     —¿Y tú qué? ¿Por qué miras tanto a Kathy?

     Emma sintió como un leve color rojo subía a sus mejillas. Eran en verdad un dolor de cabeza.

     Aiden y Eithan eran tan solo dos años y unos cuantos meses menos que ella. A penas tenía dos años cuando Yuugo decidió no usar protección justamente cuando Dina estaba en fecha de ovulación. ¡Oh! Sorpresa, el señor ovulo decidió que ese espermatozoide era el adecuado para él, y permitió ser fecundado. ¡Oh! Doble sorpresa, el señor cigoto decidió separarse en dos partes para poder así crear dos fetos. Gemelos.

     Desde que los tres tenían memoria, Aiden y Eithan se la pasaban molestando a su hermana mayor. Ambos la querían mucho, y harían de todo para protegerla de los demás, pues ellos eran los únicos que tenían el derecho de molestarla. Emma descansaba mucho cuando ambos se iban de vacaciones a Italia, en donde el tío Nicolas vivía en Florencia. El hermano mayor de Dina. En cambio, ella prefería quedarse en Inglaterra en donde podía disfrutar de un genial verano en familia y en casa. El problema venía cuando tenía que volver a verlos en septiembre cuando las clases empezaba. Una tortura para ella. A veces simplemente los veía deambular por el castillo juntos y jugando con amigos, o a veces pasaban algo de tiempo con ella y con Oliver. No obstante nunca se salvaba de sus bromas.

     —¿Por qué te me haces tan parecido, tipo de cabello canoso? —esta vez Aiden habló, cuando por fin ambos se soltaron del brazo de Emma y se irguieron. Emma entrecerró los ojos al ver la estatura de ambos. Desde que habían cumplido once años no había parado de crecer, superando a ella por casi una cabeza.

     —Mi cabello es rubio, solo es muy claro. —Norman respondía con serenidad, a pesar de la mirada de los dos.

     —¿Te gusta mi hermana? Ella es la mejor hermana que puede existir en el mundo, porque a pesar de que nos odia nos cuida mucho.

    —¡Eithan! ¡Deja de decir esas cosas!

     No comprendían porque actuaban así. La avergonzaban, y en frente de dos de sus amigos nuevos. Ahogó un gritó y se tapó el rostro rojo como un tomate.