Albine Snake [NorEmma AU]

Capítulo Dieciocho

     —¿Esa es la gran capa de invisibilidad? —el chico miró a la pelirroja algo extrañado —Se ve... normal.

     Sin decir nada, Emma miró a su amigo. Ray inspeccionaba la capa con curiosidad, la miraba en su mano la miraba a ella de vuelta.

     —Sí... ¿Qué? ¿Esperabas algo más genial? —tomó al joven de la mano y lo arrastró. —Conformate con que es una reliquia, Ray. Te hace invisible pero no inaudible.

     —Eso ya lo sabía. Ya te dije que sé todo de todo el mundo gracias a Lewis.

     Ray de alguna manera podía ser alguien sumamente metiche a pesar de que su rostro no podía expresar algo más que aburrimiento. Suspiró y negó.

     —Bien, nuestro plan consiste en esperar a que Sabina salga de la biblioteca para descansar. Ahí es cuando nosotros nos escabullimos, Dockiny lo más probable es que no esté ahí. A esta hora le da de comer a su gata rara.

     Comenzanron a bajar las escaleras movedizas, Ray sostenía la capa en su brazo. Lucía a simple vista como una manta vieja y desgastada por el tiempo.

     —¿Y cuándo se supone que nos pondremos la capa?

     —Aún no termino de hablar. —tomó aire y le sonrió. —Cuando lleguemos al quinto piso, nos pondremos la capa para llegar al cuarto piso, en donde está la biblioteca. A esta hora Sabina va a comer junto al señor Dockiny. Solo... No hay que hacer ruido y ser precavidos. Sabina luce vieja pero tiene un excelente oído.

     —Eso es un buen plan... Suena arriesgado.  —sonrió Ray, inconscientemente.

     —Seamos cuidadosos, no quiero que me quiten esta capa. Me ha salvado unas cuantas veces de mi padre.

     —Yo siempre soy muy cuidadoso cuando quiero algo realmente, la vieja bruja de mi mamá me enseñó a ser resiliente... y también me enseñó a ser desagradable... —rieron juntos. Emma aún no tenía muy clara la relación que tenía Ray con su madre.

    —Dejando de lado tu relación rara con la señora Isabella, tendrás que encantar a la gata del señor Dockiny. Solo dormirla, por favor.

     Desde que Armin, su gordo gato viejo, había llegado a su vida cuando era pequeña, había generado un gran amor por todo tipo de animales. Desde animales muggles, indefensos y pequeños, hasta los más extraordinarios y peligrosos dragones del mundo mágico.

     —Solo quedate tranquila. Verás que soy el mejor en hechizos adormilantes.

     Ella rio.

     —¿Me estás presumiendo? —Ray asintió —¡Tonto! Verás que quizás algún día te alcancaré.

     —Y no lo dudo, solo te falta pulir tus habilidades. Pero obviamente hasta que no lo consigas, me empeñaré en burlarme de ti.