Capítulo Seis

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18 de septiembre, 1992

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18 de septiembre, 1992. A un día del partido amistoso entre Ravenclaw y Slytherin

     —Oigan mocosas, ¿saben qué hora es? Son las una de la mañana. Tiene que ser demasiado importante como para que me despier...

     —Ratri casi me besa...

     —¡Pero de qué carajos estás hablando, mocosa?!

     La mente de Emma aún no podía terminar de procesar lo que había pasado, incluso cuando aquella situación ya tenía sus varios minutos. Y su corazón era el más afectado de todos, tanto, que sentía incluso en sus dedos el latir de él. Había pasado por tantas vergüenzas ese mes, incluso cuando aún ni terminaba. Sus amigas, sus hermanos, incluso Ray. Pero lo que acababa de suceder superaba a su pobre corazón, quien no tenía experiencia en aquello del amor.

     Y es que Emma aún se preguntaba: "¿qué rayos había sucedido?", pues si no fuera por Gillian, Emma ya hubiera besado los labios del muchacho rubio. Los labios de Norman. Ahora mismo, también se preguntaba a sí misma: "pero Emma, te dijiste a ti misma que Norman solo era un amigo ¿¡cómo es qué casi se besan?!". Y con un monólogo, se decía que las cosas podían cambiar en dos semanas con cinco días. Exactamente.

     ¿Por qué este tipo de cosas tienen que sucederle justamente a ella?

     —Mocosas, si esto es una broma, les diré que no es para nada graciosa. —Sabina abría las puertas de la biblioteca, con el sueño desapareciendo de ella a causa de lo alterada que se estaba poniendo —Van a hacer que me dé un infarto, ¡estoy en una edad predispuesta a ello!

     —¡Vieja! ¡Si esto fuera una broma, por qué está tan roja y con el corazón en la mano! —susurró Gillian mientras sacudía a Emma histéricamente. —¡Hubiera querido no interrumpir su momento de hace un instante! ¿Por qué soy tan bruta?

     Emma no hablaba. Más bien, no podía, aunque quisiera. Su lengua se había fundido con su paladar ante la emoción del momento. Y no era eso, su mirada parecía estar perdida en cualquier lado, con sus oídos escuchando todo lo que Sabina y Gillian discutían.

     —Esperen un momento, todo está pasando tan rápido que no estoy comprendiendo. —Sabina las obligó a sentarse en una de las mesas que había allí, observándolas con atención para, quizás, comprender mejor. —Roja, ¿cómo pasaron de tirarse indirectas a casi besarse?

     Emma la miró.

     —No lo sé... —contestó con un hilo de voz, tratando de que su voz no temblara como lo hacían sus manos. Tomó aire para no ahogarse con su propia exaltación. —D-de un momento pasamos de estar hablando alejados, para después estar hablando cerca y... luego nuestras rostros estaban a cinco centímetros de distancia... Agh, ¿por qué a mí?

Albine Snake [NorEmma AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora