Capítulo Diecisiete

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    —¿Va a participar? ¿Cómo lo hizo, qué no es menor de edad?

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    —¿Va a participar? ¿Cómo lo hizo, qué no es menor de edad?

     Las personas se quejaban al verla caminar con lentitud. ¿Pero qué se supone que debía haber hecho ella? Caminaba, adolorida en su pierna y confundida. La cabeza le daba vueltas, los murmullos aturdían a sus oídos y todas las miradas de disconformidad se clavaban en su nuca.

     ¿Qué había pasado? Ella no lo entendía. Emma caminaba hacia Lewis con un semblante de confusión, o más bien uno que podía demostrar el enojo en conjunto de todos en ese comedor. Lewis era ese tipo de persona con la que no se podía jugar.

     —Profesor Lewis, yo...

     —Su papel... Señorita GoldyPond —y con el tono más tajante de voz, le tendió el trozo de pergamino con las orillas quemadas.

     Seguía sin comprender absolutamente nada. Ella ya no usaba ese apellido, su familia no lo permitía. Cómo era que había terminado su apellido antiguo siendo, aparentemente, el oficial. El tema de su apellido era lo más mínimo, pues después de todo, Emma solo tenía dieciséis. ¡Ella ni siquiera podría traspasar la línea de la edad! Por unos cortos segundos miró a su alrededor; tantas personas la veían mal, otras confundidos.

     Emma "GoldyPond" era una tramposa.

     —Profesor, escúcheme... —entre sus manos tomó el papel y lo miró, ¿cómo es que su nombre terminó en el cáliz de fuego? Esa era su letra. —Señor Lewis, le prometo que yo no...-

     —Luego hablaremos de esto en privado, GoldyPond...

     Lewis hacía hincapié en seguir pronunciando ese apellido que ya no era suyo. Parecía ser el más decepcionado de todos en ese comedor. Bajó la cabeza y caminó hacia los otros tres participantes. Aquellos que sí habían sido sorteados de manera legítima. Emma suspiró, mareada.

     —Camina.

     —Sí, señor... —el hombre la seguía con la mirada, en realidad, todos lo hacían. Ella era la tramposa, aquella que le quería arrebatar el puesto a su amigo.

     Los murmullos no tardaron nada, para molestia de la joven. Aquí y allá, todos decían lo más evidente. Que ella era una tramposa y una desvergonzada.

     —¡Es una tramposa! —las personas la miraban.

     Quizás todo eso no hubiera importado tanto, pero en ese grupo de personas estaba incluído Oliver, sus amigos. Todos ellos la miraban con una decepción, una que calaba hasta sus huesos y le arrebataban en aliento. Cómo les explicaba que ella jamás había tenido la intención de participar en ese torneo, que todo estaba siendo un muy mal entendido.

     Caminó entre medio de todas las miradas y de los murmullos de los estudiantes, su cabeza trataba de hacer memoria en caso de ser la real culpable. No recordaba haber metido su nombre en el cáliz, y si hubiera sido así, ¿qué hechizo usó? Esa era una magia muy avanzada para ella, apenas sí podía rechazar a alguien con Expulso. Seguía caminando hacia sus profesores, quienes la miraban igual o más confundidos que ella. Emma deseaba salir corriendo de ahí y ocultarse debajo de sus sábanas.

Albine Snake [NorEmma AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora