Capítulo XIII

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Tras un rato caminando, Yattak, Lukassy y Nizzy pudieron salir de aquel pantano. Caminaron por una pradera, viendo en la lejanía, en su lado izquierdo una ciudad de color gris oscuro, que decidieron ignorar. Después de otro rato caminando, se encontraron en la entrada de un bosque, no muy oscuro, por lo que no deberían haber Katarlazz dentro.

–¿Entramos o lo rodeamos? –preguntó Yattak.

–Yo lo rodearía. No me da buena espina. –respondió Lukassy.

–Tiene pinta de que hay algo raro dentro. –

–Mira como acabamos la última que te hicimos caso, en un pantano maloliente y con cocodrilos gigantes. –dijo Nizzy.

–Yo entro en el bosque. –

–Yo también, esperemos que no pase nada. –añadió Yattak adentrándose en el lugar.

–Si morimos, quiero que en la razón de la muerte ponga "Yattak y Nizzy". –dijo Lukassy desconfiado.  

Los tres estuvieron un tiempo caminando por el bosque, pero Yattak escuchó algo entre los árboles. De inmediato desenvainó la espada y bajó de la yegua.

–¿Qué pasa? –preguntó Lukassy extrañado.

–He escuchado algo moverse. –dijo Yattak alerta.

–Ha podido ser una ardilla, o un zorro, o un ciervo. –añadió Nizzy.

Segundos después, una flecha llegó a toda velocidad y rozó la oreja de Nizzy, clavándose en un árbol cercano.

–Lo que me temía... –murmuró Yattak.

–¡Drekkos! –

De repente, cinco criaturas con cuerpo humanoide pero llenos de escamas y con cabeza de lagarto salieron de los arbustos y mientras tres de ellos sacaban sus espadas, los otros dos prepararon sus arcos para disparar si alguno de los tres se movía. Un Drekko más grande que los otros, y de un color verde más claro de lo normal llegó y caminó lentamente hacia Yattak.

–¿Qué hacéis un humano y dos enanos caminando por nuestro bosque como si se tratase de vuestro miserable hogar? –preguntó el Drekko con una voz grave que encogió a Yattak

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–¿Qué hacéis un humano y dos enanos caminando por nuestro bosque como si se tratase de vuestro miserable hogar? –preguntó el Drekko con una voz grave que encogió a Yattak.

–Os lo dije. –susurró Lukassy.

–Calla. –dijo Nizzy extendiendo su pierna derecha hasta darle una patada a Lukassy, aprovechando que este estaba cerca.

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