Capítulo XIV

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Rothell, Vallynnoth y los demás se encontraban en una sala de piedra, con suelo de madera de roble que crugía al pisarlo y una cama doble de color rojo con bandas doradas. Habían varios baules de madera y un gran armario de madera vieja y un espejo polvoriento al lado. La ventana que había en la sala no daba mucha luz, ya que era de noche, y lo que iluminaba era una lámpara en la esquina de la habitación.

-Vale.... Tenemos.... Lo que viene siendo un problema. -añadió Rothell caminando de lado a lado delante de Vallynnoth y los demás.

-Mejor dicho, un gran problema. -

-Vas a tener que bailar con la princesitaaa. -dijo Vallynnoth en tono de burla sonriendo de medio lado.

-Tenemos que buscar una forma de salir, y rápido. -murmuró Rothell.

-Y sin que nos vean a poder ser. -

En ese momento, la puerta se abrió y dos guardias de Dynnor entraron junto al rey, que sostenía dos trajes, uno en cada mano.

-Bien, aquí os traigo los trajes para el baile. -añadió el rey.

Con la mano izquierda sujetaba un traje de color amarillo muy desgastado, con varios adornos de piedras brillantes o doradas en las mangas y un lazo negro en el cuello.

-Es horrible

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-Es horrible... -susurró Vallynnoth sin poder aguantar mucho más la risa.

-Y para usted señor Vallynnoth, este otro traje, le quedará genial. -dijo el rey, dejando a Vallynnoth extrañado.

-No crea que no le escuché reirse de mi hija. -murmuró el rey sonriendo con malicia.

El traje de Vallynnoth era rojo o burdeos con bandas doradas y con pequeñas piedras de lo que parecía ser hasjat.

Vallynnoth y Rothell cogieron sus respectivos trajes con cara de desanimados, y con razón

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Vallynnoth y Rothell cogieron sus respectivos trajes con cara de desanimados, y con razón.

-Poneos los trajes y bajáis al salón del trono, ahí se celebrará el baile. -dijo el rey.

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